La decisión

Crítica de Emiliano Silva - Cinergia

La fuerza de la culpa y la moralidad

Kaveh Nariman es médico forense, tiene un accidente automovilístico con un motociclista y lesiona a su hijo de 8 años. Se ofrece a llevar al niño a una clínica cercana, pero el padre rechaza su ayuda. Un día al llegar al trabajo se encuentra con un cadáver que le resulta muy familiar…

La decisión fue la película elegida por Irán para competir por el Oscar en la categoría Mejor Película Extranjera, luego de que haya hecho su debut en el Festival de Venecia, llevándose los premios a Mejor Director Y Mejor Actor. Este se trata del segundo largometraje del director iraní Vahid Jalilvand.

La película en los primeros 10 minutos de comenzada, ya nos mete de lleno en el conflicto central, un hombre que va conduciendo por una ruta, atropella por error a una familia que iba viajando en una pequeña motocicleta. Un niño de 8 años (que iba arriba de la moto con sus padres y su pequeña hermana) resulta herido de un golpe fuerte en la cabeza. El conductor del auto les explicara que él era doctor y que los atendería rápidamente en algún hospital, pero el padre de la familia afectada decide rechazar su propuesta y seguir viaje sin detenerse en ningún lugar.

Todo vuelve a la mente del doctor Kaveh cuando, entre unos cadáveres que tenía que examinar en su trabajo, encuentra el del pequeño niño de 8 años, que según la autopsia había fallecido por envenenamiento, aunque él sabía que podría haberse tratado realmente por el golpe que había sufrido esa noche por su culpa. De aquí en adelante veremos las luchas internas del protagonista, por decidir si querer dejar todo como está y no arriesgarse a perderlo todo o ir detrás de la verdad para el consuelo de esa humilde familia y también el de su consciencia.

Jalilvand construye un film sólido, intrigante y lleno de cuestionamientos morales que pondrá al espectador en un juicio donde todos formarán una opinión al respecto de lo que tendría que hacer el doctor. Una gran propuesta cinematográfica que logra una incomodidad brutal pero que a la vez te deja pensando en algunas cuestiones de la moralidad y los juicios de valores sociales.