La cumbre escarlata

Crítica de Luis María Fittipaldi - RosarioCine

Es Amor lo que Sangra

Guillermo Del Toro sabe como pocos mostrar un relato de horror gótico, y acaso no lo eran anteriores pelis como "El Espinazo del diablo" (2001)y su casi obra maestra "El Laberinto del Fauno" (2006), ahora el realizador ofrece una historia donde se deslizan la truculencia y cierto espanto, alrededor de un romance tan profundo como oscuro.
Mía Wasikowska es la heroína que escribe cuentos de fantasmas y que habitará una mansión por demás de pintoresca y tétrica junto a su enigmático amor (Tom Hiddleston), un emprendedor que busca financiación para extraer del difícil suelo de su propiedad; la escarlata arcilla -una misteriosa materia prima-, y todo incluye a la hermana del hombre: una inolvidable Jessica Chastain, que compone un personaje tan perverso que enfrentando a su cuñada Mía, suponen un dueto más terrible que aquél integrado por Bette Davis y Joan Crawford en "Baby Jane".
La estética, el diseño de colores, la relevante iluminación, una inmejorable dirección de arte, y sobre todo un buen guión redondean un filme que no está como ejemplo de terror con golpes bajos, sino que artísticamente se acerca -quizás como homenaje- al cine de la productora inglesa Hammer de los años 60, o al infaltable misterio e intrigas de Alfred Hitchcock, o los saturados melodramas románticos de la Universal en los años 50. Un de los grandes filmes del corriente año, sin dudas.