La culpa

Crítica de Victoria Leven - CineramaPlus+

El cine de encierro es un subyugante recurso narrativo para crear tensión a la hora de narrar historias que centran su drama en conflictos internos más que en fuerzas externas. El encierro asfixia las almas de los personajes y parece empujarlos hacia sus demonios internos que muchas veces ganan la batalla y sus protagonistas vencidos se hunden en las aguas de la oscuridad que subyace en sus vidas internas.

El filme La culpa apela a este procedimiento histórico para darle marco y sostén a una trama hilada tan solo entre dos personajes conectados por una línea telefónica y un conflicto circunstancial que los lleva hacia esos fantasmas íntimos.

Asger Holm es un telefonista de la central de policía de Copenhague. Una noche recibe una llamada inusual, la voz de una mujer que le habla en primera persona de manera incomprensible lo deja estupefacto. Luego de intentos de decodificar que es lo que sucede, Asger descubre que esa mujer está secuestrada en una camioneta y busca auxilio a como de lugar. Pero la situación de ese rescate se va complejizando y más aún se va haciendo cada vez más confusa, pues la secuestrada no es la simple víctima que parece.

El filme completo discurre en el recuadro que ocupan Asger, su butaca y le tablero de operaciones. Del espacio circundante vemos poco y se adivinan fragmentos fuera de campo. La meta de generar un encierro en la narración es la clave de la inmóvil tensión del filme que con una cámara móvil se ocupa de asfixiar al protagonista en su tarea dejando flotar en aire la voz de esa mujer que entra y sale de escena hecha de puro sonido sin imagen.

La apuesta formal es ambiciosa, pues sostener el filme con tan pocos recursos visuales y sonoros roza muchas veces la sensación de empantanamiento dramático y discursivo. Aunque la fotografía es acertada y colabora en la oscura opresión del mundo oficinístico que es todo lo que opera en escena muchas veces lo asfixiante puede ser abúlico.

Como el título de la película reza, La culpa, o más claramente como su traducción en inglés refiere “El culpable”, el tema del filme gira sobre la historia de Asger y de cómo ha llegado a su trabajo de telefonista dejando su tarea de policía en la calle. La línea temática que abre la puerta a la idea de culpa es la que determina la relación entre estos personajes y como cada uno de ellos padecen cierta condición de culpabilidad en sus propias historias de vida.

La culpabilidad es la matriz subtextual de este filme. Qué es ser culpable y cómo soportar esa condición enlaza los oscuros sufrimientos de ambos personajes del relato. La meta es revisar como un hecho pone en crisis la estructura moral de un sujeto, como la condición de culpable opera como un castigo social y como un trauma no resuelto son las marcas narrativas de esta opera prima de Gustav Moller.

Por Victoria Leven
@LevenVictoria