La culpa del cordero

Crítica de Alejandro Venturini - Alta Peli

Cine trasrioplatense

Reconozco que vi poco cine uruguayo, pero siempre me he sentido a gusto con la escueta producción de ese país que me llegó. Quizás, si tuviera que elegir una charrúa, “Whisky” (de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll – 2004) sería la mejor película oriental por lejos, aunque no quiero subestimar muy buenas producciones como “Gigante”, “El Baño del Papa”, “La Casa Muda” y un par más que no vienen a mi mente.

“La Culpa del Cordero”, película que sumo a mi lista y por la cual vengo a escribir, trata sobre una familia de clase media que tiene una chacra cerca de la costa atlántica. Un matrimonio sexagenario compuesto por Jorge (Ricardo Couto) y Elena (Susan Groisman) recibe a sus cuatro hijos, su yerno, su nieta y la niñera con el fin de pasar una jornada en familia y comunicar que el patriarca se jubiló y transitará su vejez allí en la tranquilidad de ese lugar. Pero lo que parecería un ameno día familiar y con cordero asado, se convierte en un desfile de personajes con un devaluadísimo nivel moral.

La culpa es tuya, bo´

“La Culpa del Cordero” es una película sustentada por la actuación, su columna vertebral depende del desempeño de cada uno de los actores que interpreta a cada integrante de esta conflictuada familia. Lamentablemente, en este punto tan esencial, se queda porque los actores -tanto por error en la dirección como en el trabajo actoral de cada uno- no terminan de ser creíbles ni conmueven a aquel que está en la butaca.

En lo respecta a la narración, al principio de la película todo funciona por inercia -Como los autos de juguete mal llamados “a fricción”-. Hay un moldeo del tiempo irregular en que por momentos todo se suspende en el tiempo, sucede algo y avanza normalmente hasta que se va quedando de a poco sin fuerza y vuelta a lo mismo. A pesar de esto hay un buen manejo de cámara, con algunos planos poco estéticos (entre estos incluyo planos detalle carentes de sutileza en todo su espectro y con un significado chato, como uno de la caja de viagra).

Conclusión

La película presenta varías inexactitudes que dudo que satisfagan a aquel espectador que vaya al cine y, sinceramente, no sé si su director -Gabriel Drak- busca la transgresión tocando ciertos temas, pero los escasos recursos discursivos y muchas obviedades hacen perder fuerza a cualquier intento de barrenar.