La creciente

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

La creciente, que compitió en el BAFICI 2019, es el primer estreno de abril que el INCAA programa -obviamente no en salas- en medio de la pandemia por el coronavirus. Se verá este jueves a las 20 en CINE.AR TV, y repetirá su emisión el sábado 4 de abril a la misma hora. Y desde el viernes 3 de abril, durante toda la semana, se verá también en la plataforma CINE.AR PLAY, en forma exclusiva y gratuita.

Hasta el minuto 7 no se escucha una palabra. No es una película muda, pero no habla nadie. No se oye el sonido más que del ambiente que rodea a un muchacho, que está claro que escapa de algo, de alguien, que sale de las aguas de un río, se saca la ropa, la estruja para secarla. Y se oculta.

Si no hubiera un río, una isla, La creciente podría ser un western. Porque nos habla de un extraño que llega a un lugar para modificarlo. No para imponer justicia, pero para poner las cosas claras.

Matía -así se llama el protagonista, interpretado por Cristian Salguero (La patota)- consigue trabajo con el Correntino como peón. Trabajo rural, llevar vacas de un lado a otro, antes de que la creciente llegue e inunde parte de la isla.

"El correntino te manda esto" le dice Gaby (Mercedes Burgos), de la que se enamora. “Tenés menos isla vos...". Tendrá poca isla, pero le sobra coraje. Cuando Gaby le plantee irse del lugar, alejarse del Correntino, que para Matía sería volver a escapar, uno ya sabe lo que pasará.

Hay un cuarto personaje, Gustavito, quien come con ellos y que cada tanto le roba una vaca al Correntino. ¿Le está robando también el dinero de la paga a Matía?