La conferencia

Crítica de Camila López Parafita - Chapeau Argentina

Para planear el crimen más atroz de la humanidad, sólo tardó una reunión de 90 minutos. De esta forma es como Matti Geschonneckes nos invita a formar parte de aquel infame comité llevado a cabo en la mañana del 20 de enero de 1942, en la pintoresca villa del lago Wannsee, Berlín. “The Conference” es un fiel y preciso retrato alemán de la histórica Conferencia de Wannsee, cuyo único tema fue lo que los nazis llamaron “La Solución Final a la Cuestión Judía”: la organización del asesinato masivo y sistemático de millones de judíos en toda Europa.
A partir de la única copia existente del acta de la reunión, registrada por Adolf Eichmann, Geschonneckes nos presenta un minucioso filme que sigue el minuto a minuto del protocolo original de cuando la humanidad perdió la guerra. La película se basa meramente en el escalofriante diálogo sin tapujos de las viles, calculadas y técnicas ideas de los destacados representantes del régimen nazi. Con actuaciones espeluznantemente creíbles y sutiles, y con una ejecución fina y totalmente minimalista, el director realiza un revisionismo histórico por medio de un chocante contraste de lo que pareciera ser una conversación casual sobre un genocidio en donde el espectador forma parte. Con un sólo escenario, y sin banda sonora que acompañe, Geschonneckes consigue obtener un film verdaderamente aterrador y profundamente angustiante que, aún sabiendo de las atrocidades cometidas durante el régimen nazi, logra ser impactante de ver y difícil de digerir.
Sin siquiera presentar un momento de violencia explícita o de material de archivo en la pantalla, “The Conference” consigue evidenciar el inigualable e imponente poder del lenguaje y de la palabra: la construcción de una despreciable violencia simbólica igual de equiparable a los actos y delitos posteriormente cometidos. Es el horror mismo representado por medio de una discusión casual de palabras frías y de faltas de compasión que no dan lugar a otra cosa más que lidiar crudamente con una verdad insondable.