La comunidad de los corazones rotos

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Película episódica sobre seis personajes dominados por la soledad.

El libro Crónicas del asfalto adquirió cierta fama gracias al tono entre amable y fabulesco con que se aproximaba a la vida de seis vecinos de un edificio ubicado en un barrio ficticio de París. Su autor es el francés Samuel Benchetrit, quien ya tenía en su haber cuatro películas como realizador y ahora es uno de los dos responsables de adaptar su propio texto a la pantalla grande.

La comunidad de los corazones rotos podría ser una de Robert Altman hablada en francés, con sus seis personajes hermanados por la soledad y el desamparo en tres historias paralelas cuyos desarrollos podrán –o no- intersectarse.

La primera gira alrededor del acercamiento entre una enfermera (Valeria Bruni Tedeschi) y un hombre en silla de ruedas (Gustave Kervern); la segunda muestra la amistad entre una actriz venida a menos (Isabelle Huppert) y un vecino adolescente; mientras que la última aborda el encuentro entre un astronauta norteamericano (Michael Pitt) que cae con su capsula espacial en la terraza y una inmigrante marroquí.

Los relatos corales suelen ser efectivos aun cuando la irregularidad sea una norma. La comunidad de los corazones rotos no es la excepción, pues sus tres historias entregan momentos de emoción genuina y otros apuestan deliberadamente por el lugar común. La buena noticia es que Benchetrit respeta a sus personajes, dejándolos evidenciar sus problemas sin juzgarlos. Una película sencilla, noble y directa, aunque con poca pulpa en su interior.