La chica sin nombre

Crítica de Walter Pulero - Loco x el Cine

Una noche, después del cierre de su consultorio, Jenny, una joven médica, escucha el timbre, pero no va a abrir. Al día siguiente, se entera por la policía de que han encontrado, no lejos de allí, a una joven muerta, sin identidad. Así es que una mezcla entre culpa y conciencia social, hacen que ella abandone sus planes de ingresar en una prestigiosa clínica privada y prefiera investigar qué sucedió con esa joven que encontraron.

Jean-Pierre y Luc Dardenne, conocidos por contar historias acerca de temas universales, vuelven a hacer culto a la mujer y nos traen a Jenny, magistralmente interpretada por Adèle Haenel, quien hace un fantástico trabajo, convincente y cargado de naturalidad y realismo. En los suburbios de Liège, ciudad natal de los realizadores y elegida por ellos para filmar con frecuencia, se cuenta una historia donde se entremezclan elementos relativos a temas sociales, como la marginalidad y la inmigración junto a la culpa y la redención. Estos ingredientes puestos a favor de una intrigante novela policial, lo cual reside en la novedad para los Dardene.

En La chica sin nombre seguimos a Jenny Davin, obsesionada en la búsqueda por encontrar respuestas, y quien toma la iniciativa de descubrir la identidad de la joven muerta luego de negarle el acceso a su consultorio. Esa culpa y conciencia social hacen que abandone sus planes de crecimiento profesional. Y si bien la temática acerca del actual clima político de la región sobre el miedo a la deportación de los inmigrantes ilegales es tratada, no se ahonda demasiado en ello, y muy por lo contrario, se toca de forma superficial, dando lugar mayor a la cuestión policíaca.
El uso de cámara al hombro y acercándose a los personajes como persiguiéndolos, apenas música de fondo y planos naturales, son sello característico de los Dardenne, y por fortuna estos detalles técnicos logran compensar lo minimizado que resulta el guion en comparación a otros films de los directores.

La chica sin nombre es un thriller pero no se olvida que también es un drama, y muy bien dirigido. El film no es esa investigación que emprende la protagonista, sino la culpa. Y a pesar de ser una película menor, merece la pena ser vista porque no deja de ser un film gigante entre tantos otros.