La chica danesa

Crítica de Tamy Hochman - El rincón del cinéfilo

Si me encontrara a Eddie Redmayne caminando por la calle

no sabría si invitarlo a un bar karaoke,

preguntarle sobre la teoría de agujeros negros,

rogarle que se case conmigo o las tres.

El orden se lo dejo a él, eso no alteraría el producto.

“The danish girl” (“La chica danesa”, en español) es un drama “biográfico” dirigido por Tom Hooper (“El discurso del rey”, 2010, “Los miserables”, 2012) y basado en la novela ficcional del mismo nombre escrita por David Ebershoff, que a su vez está levemente inspirada en la vida de las pintoras Lili Elbe y Gerda Wegener. Digo “biográfico” porque a pesar de como el film fue publicitado, es un error considerarlo una historia real. El autor del libro afirma que no fue su intención contar una historia verídica. No sólo que inventó gran parte de lo que escribió sobre la vida personal de Lili sino que además creó personajes presentes solamente en su propio imaginario.

Lo protagonizan Eddie Redmayne (ganador del Oscar a mejor actor el año pasado por su performance en “La teoría del todo”) como Lili Elbe, una de las primeras personas en recibir la cirugía de reasignación de sexo, Alicia Vikander como Gerda Wegner (el otro personaje real de la historia), Matthias Schoenaerts como Hans Axgil y Ben Whishaw como Henrik.

Es una hermosa, humana y conmovedora historia sobre Einar y Gerda Wegener, un matrimonio de artistas daneses que viven en un pintoresco departamento de Copenhague en los años ‘20. Un día, Gerda le pide a su marido que pose en lugar de la modelo para ultimar detalles del imponente retrato de una bailarina. Einar, entre risas, acepta ponerse unas medias de seda y estrujar sus pies para calzarse las zapatillitas de punta. Gerda se siente atraída por el juego y juntos comienzan a idear un plan para asistir a un evento social con Einar vestido de mujer. Esta experiencia no parece despertar nuevos sentimientos sino relucir aquellos que siempre estuvieron allí, dentro suyo. A partir de aquí se desarrolla el relato y surgimiento de Lili Elbe, que aparenta empezar como un inocente juego sexual de pareja pero que termina siendo, como bien expone la historia, un personaje cuya pionera valentía y espíritu siguen sirviendo como inspiración para el movimiento trasngénero de hoy en día.

Es un film bien intencionado que cumple casi a raja tabla con la perfecta receta de Hollywood y sus Oscar. Muy bien contada y dirigida, el sonido, la música, el arte y el vestuario son impecables. Todas las áreas muy bien realizadas. Las actuaciones son lo más destacable, hacen que el relato valga la pena aún más. Sin ellas casi que no funcionaría. Sólo por esta razón recomiendo ir a ver la película en pantalla grande. Presenciar el sonroje on cue de rostro completo de Eddie es algo imperdible. Y una maravillosa interpretación de Alicia Vikander que por momentos se lleva todo el protagonismo.

Lo único criticable es la imprecisa representación de eventos históricos. La película en su epílogo destaca: “Los diarios de Lili Elbe se convirtieron en la base para la innovadora memoria “Man into woman” publicada en 1933”. Quienes desconocíamos la historia de Lili, aquí nos enteramos que efectivamente se trata de un personaje real, pero no se aclara que los sucesos retratados no son exactamente “hechos reales” como se les suele decir. Dejando de lado la imaginación del escritor de la novela “La chica danesa” y del realizador, los nuevos personajes y líneas narrativas, creo que lo que más me molestó fue no sentir la mirada social de la época.

Los personajes secundarios no parecen reaccionar demasiado frente a los cambios que Lili va atravesando, parece no haber sorpresa alguna. Me cuesta un poco creer que así funcionara la dinámica cuando en la actualidad todavía encontramos incontables casos de violencia hacia la comunidad trans. Hay una sola escena pseudo violenta, que además de estar mal ubicada tanto en el texto como en el montaje, creo minimiza el tema del maltrato que recibían, y aún reciben, las personas trans. Quizás con intención, quizás no. No es relevante. A mi me hubiera gustado la presencia de un mensaje de mayor fuerza y contundencia sobre la lucha contra la discriminación hacia la comunidad LGBT. Creo que ésta sería mi única recriminación. Una posición política más dura con respecto a éste tema que me parece sumamente importante. Pero es sólo una opinión. Quizás también se trata de hablar más de los procesos internos que atraviesa Lili en el film y dejar un poco la política de lado. Un enfoque totalmente válido también.

Tal es así que en algún momento, mientras estaba en la sala de cine, me pregunté si quizás irían a hacerle una consulta al Doctor Freud. La representación de los distintos médicos que visitan y sus desagradables ideas e interpretaciones está muy bien lograda. En esas escenas sí podemos sentir la agresión que seguramente recibió Lili. Ojala eso pueda contribuir para modificar las mentes de aquellos que siguen concordando con esa ideología.

Si esta producción tiene el poder de ayudar a entender o al menos empezar a comprender lo que es el salir del closet transgénero y el proceso de transición que ello conlleva, entonces definitivamente vale la pena. Y eso es lo único importante.