La chica danesa

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Transformación de Eddie Redmayne y poco más

Basada en un caso real, esta película cuenta el caso de una de las primeras operaciones de cambio de sexo. Pero si bien así dicha la premisa parece clara y contundente, el director demora mucho en llegar a que su narrativa responda a estos términos, y la verdad es que, especialmente al principio, no sabe bien cómo establecer el conflicto de esta dramática historia verídica.

La película comienza con la vida feliz de un joven matrimonio, ambos pintores, él sobre todo muy exitoso, al punto de que su marchand lo califica entre lo más alto de la pintura danesa. Corre la década de 1920 y evidentemente una pareja danesa puede tener costumbres más evolucionadas que el resto del planeta. Por ejemplo, vestir al marido con ropa de mujer durante sus encuentros íntimos, e incluso llevar el chiste al punto de salir como si fueran dos amigas a un ágape, sin que nadie se dé cuenta de que la prima Lili en realidad es el prestigioso pintor. El problema se suscita cuando a un hombre que está en el evento le gusta la prima Lili, la lleva a un sitio discreto y de golpe la esposa encuentra que su marido, vestido de mujer, está besando a un señor.

Evidentemente la cosa era más que un juego para el pintor, que Eddie Redmayne (el mismo que ganó un Oscar por su interpretación de Steve Hawking en "La teoría del todo") interpreta mejor cuando es ella que él. De todos modos, la que extrañamente lleva adelante la película es la esposa, una eficaz Alicia Vikander. Pero al film le faltan mejores actores secundarios, una puesta de época que sea algo más que prolija y bonita y, fundamentalmente, desaprovecha todo lo que tiene que ver con los procedimientos médicos de esos tiempos. La música monocorde, más digna de un film romántico que de un drama como éste, tampoco ayuda.