La Cenicienta

Crítica de Regina Fallangi - Cine & Medios

Clásico de clásicos

El británico Kenneth Branagh dirige esta nueva versión de cenicienta, basado no en la historia original, sino en el clásico de Disney, el que ha sido respetado al pie de la letra.
La historia es la que ya todos conocemos, Ella (Lily James), es una huérfana que queda al cuidado de su malvada madrastra (Cate Blanchett) y convive con dos feas y malvadas hermanastras (Holliday Grainger, Sophie McShera) que la ningunean y reducen a la servidumbre en su propia casa, situación que soporta con estoicismo, como todo lo que el destino le manda.
En esta versión Cenicienta tiene un mantra, las últimas palabras de su madre antes de morir: "bondad y coraje". Con esas palabras en mente enfrenta al mundo con una enorme bondad y el coraje de ir al baile del palacio, aunque se lo prohíban, para ver nuevamente a quien ella cree que es un simple aprendiz que ha conocido en el bosque, pero que es en realidad el príncipe, y que ha quedado absolutamente embobado con ella, lo que lo lleva a él a buscarla por todo el reino, zapato en mano.
Es extraño que ante tanta princesa corajuda que Disney ha creado últimamente -como Merida, Anna, Elsa o Rapunzel, por nombrar algunas-, haya hecho una versión tan moderada de Cenicienta, que si bien muestra algo de determinación, no tiene la valentía ni la decisión de las últimas princesas.
Disney permaneció esta vez fiel al clásico, y de la mano de Branagh lo ha hecho a todo trapo, con el diseño de producción de Dante Ferretti y el diseño de vestuario de Sandy Powell, quienes crearon un mundo lleno de magia que derrocha belleza por todos lados. Desde las escenas pequeñas en el ático con encantadores animalitos, hasta la opulencia del baile en el palacio con unos zapatitos de cristal que parecen el sueño de Carrie Bradshow.
La parte mágica de la historia -la conversión de la mano del hada, cuando los animales y las calabazas se transforman-, tiene mucho de la estética de "Alicia en el País de las Maravillas", pero sin el surrealismo de Burton, sino más bien humanizando la estética Disney, del modo más expresionista posible.
No hay mucho que agregar sobre la historia, son esos clásicos que siempre funcionan, así que ¿para que buscarle otra vuelta?. Esta nueva versión de Cenicienta llevada a la realidad tiene la magia y la esencia de Disney, mas es extremadamente melosa, por momentos empalagosa.
Lily James y Richard Madden funcionan muy bien como la pareja principal, al igual que las desagradables y egocéntricas hermanastras, pero es definitivamente Kate Blanchet quien descolla como una malvada con estilo.
Una vez más ha vuelto la clásica heroína, con una historia que toca temas universales como los sueños, el valor, la esperanza, y la decisión de sobreponerse a las adversidades con recursos que siempre funcionan: belleza, magia, mucho brillo y el más feliz de los finales.