La cena blanca de Romina

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

La falsa moral

El 10 de junio de 2005 la Justicia de Jujuy condenó a 14 años de prisión a Romina Tejerina luego de un juicio expeditivo que duró apenas 22 días. Romina había quedado embarazada producto de una violación y al parir prematuramente mató al hijo porque aseguró ver en él la cara del violador. Esa es la triste historia de Romina, una chica que ansiaba tener su cena blanca y que fue víctima de una sociedad hipócrita, llena de prejuicios, regida por leyes patriarcales y donde la religión cumple un rol esencial. La cena blanca de Romina (2017) es la historia de una muchacha, que como muchas, fue condenada por ser pobre y mujer, pero también la de un pueblo que la condenó antes que la justicia.

Francisco Rizzi y Hernán Martín dirigen un potente documental que inicia con la llamada cena blanca, un ritual que acompaña la graduación y en donde las jóvenes se visten de gala y rinden tributos a la virgen. Romina Tejerina no tuvo su cena blanca porque estaba presa. Es a partir de este disparador que el binomio de realizadores se inmiscuye en la ciudad de San Pedro en la provincia de Jujuy para mostrar las caras y caretas de una sociedad que está en una contradicción permanente entre el decir y el hacer. Estigmas, prejuicios y negacionismo son los pilares que mueven a un pueblo dominado por posturas machistas, morales y religiosas.

Uno de los logros de La cena blanca de Romina es la de haber puesto en pantalla una variedad de testimonios como el de Julio Carlos Moisés, intendente de San Pedro, Argentino Juárez, Juez de instrucción o Miguel Miguez Agras, Abogado defensor de "Pocho" Vargas, el violador que quedó libre, cuyos relatos, de una impunidad nunca vista, desnudan la hipocresía y la vara con la que se mide la justicia. Pero también aparecen vecinos ocasionales o jóvenes adolescentes en la previa del boliche con un conservadurismo en sus ideas que causa mucho más estupor que las de quienes manejan el poder.

La cena blanca de Romina, es un documental de investigación periodística de apenas una hora de duración, dividido en tres capítulos, cuya virtud es la de desnudar a una sociedad donde la doble moral parece ser el motor que la mueve.