La casa Gucci

Crítica de Denise Pieniazek - Puesta en escena

"Estilo, poder y dinero"
Por Denise Pieniazek
La casa Gucci (House of Gucci, 2021) es un largometraje inspirado en hechos reales que tienen como protagonista a la familia Gucci y su respectiva marca de diseño de moda, fundada en 1909 por Guccio Gucci. El relato basado en el libro La Casa Gucci: una historia sensacional de asesinatos, locura, glamour y codicia (The House of Gucci: A Sensational Story of Murder, Madness, Glamour, and Greed, 2001) escrito por Sara Gay Forden, tiene principalmente como protagonistas a Maurizio Gucci -nieto del fundador de la marca- y a su esposa Patrizia Reggiani, a quien recordemos la prensa italiana apodó mediáticamente como "la viuda negra" por planificar el asesinato de su ex marido.

La película inicia con un prólogo situado en 1995 en donde la cámara sigue a Maurizio Gucci, interpretado de forma contundente y acertada por Adam Driver, dejando la secuencia en suspenso. Luego, mediante el hilo conductor de la voz over del personaje de Patrizia Reggiani, la escena se sitúa en Milán, Italia en 1978, para dar comienzo al inicio del vínculo sentimental de la pareja protagónica. En esta historia que gira entorno a los conceptos de dinero, familia, poder, ambición, romance, traición y asesinato, Patrizia Reggiani (interpretada carismáticamente por Lady Gaga) es representada como una “cazafortunas”, como una mujer calculadora, temperamental, a quien le gusta atraer la atención masculina, en contraste con la ingenuidad inicial del personaje de Maurizio, caracterizado como ingenuo e inocente. Sin embargo, a pesar de esta rotunda determinación de los personajes, según avance el relato, veremos que acertadamente también se complejiza el estatuto de los mismos transformándolos in crescendo en el desarrollo dramático. Asimismo, La casa Gucci construye su narrativa de forma acertada y exhaustiva desde varios puntos de vista, es decir que muestra cierta empatía con cada uno de sus personajes, pero exponiendo también sus características “negativas”. Patrizia, la única protagonista femenina dentro del esquema actancial, es caracterizada no sólo de acuerdo al phisique du role de Gaga respecto a Reggiani, sino también como explicita el personaje de Maurizio Gucci en su primer encuentro, con un aire de las divas del cine como “Elizabeth Taylor”, Gina Lollobrigida, Ava Gardner y Sophia Loren, quien además aparece personificada fugazmente en la película vistiendo la marca Gucci. Esto no es para nada casual si pensamos en los tipos de personajes que dichas estrellas representaban, en la mayoría de los casos mujeres belicosas, o como por ejemplo Loren en That Kind of Woman (1959) en donde dos hombres se enamoran de dos mujeres que van en busca de sus “sugar-daddies”.

La película dirigida por Ridley Scott (All the Money in the World, Gánster Americano, Gladiador, Thelma y Louise, etc.) se centra en los vínculos emocionales y las tensiones de poder entre los integrantes de la familia Gucci, es decir, desde el punto de vista económico, más que desde el diseño de moda o la creatividad. La casa Gucci narra entonces, la caída de una dinastía, de un imperio del cual nadie quiere desprenderse, porque Gucci es “sinónimo de seducción, riqueza, estilo y poder… pero ese nombre también era una maldición” parafraseando el relato del personaje de Patrizia. En consecuencia, el filme en donde predomina el tono shakesperiano que oscila entre el deseo, la codicia y la traición de esta familia descendiente de La Toscana, puede compararse -salvando las distancias- con aquellos relatos de Scorsese en donde se muestra la vertiginosa caída de los lideres de la mafia. En dicho sentido, el personaje de Aldo Gucci, encarnado por el siempre convincente Al Pacino, dialoga implícitamente con sus actuaciones anteriores (The Godfather y Scarface) como líder o patriarca de las familias y sus respectivos negocios, porque como pronuncia en una escena “Gucci es lo que yo digo que es”.

Al respecto, es preciso mencionar que todos los integrantes del elenco se destacan y tienen una escena celebre de lucimiento actoral. Cada uno de ellos es caracterizado tanto física como psicológicamente con sus respectivas excentricidades, acompañados por un decorado que, si bien es impactante, es utilizado en función de resaltar la psicología de cada personaje en su entorno. De este modo, Rodolfo Gucci (Jeremy Irons), el padre de Maurizio, parece representar la versión masculina de Norma Desmond en Sunset Boulevard (1950), puesto que es un hombre en su ocaso, solitario en su gran mansión, que no logra superar el pasado, desde la nostalgia por sus días de actor de cine (su nombre artístico en sus cuarenta películas realizadas era Maurizio D´Ancora, por eso llamó a su hijo igual), hasta la pérdida de su esposa. Por otro lado, Paolo Gucci, hijo de Aldo, es interpretado por Jared Leto quien por primera vez después de mucho tiempo no abusa de las prótesis maquillaje y la máscara que éste produce, de forma que logremos ver al personaje y al actor en acción, es decir que hay un equilibrio entre el artificio y la actuación. Paolo es representado en cierta forma como una caricatura, lo que causó varias molestias en quienes lo conocieron realmente, porque es configurado como un personaje torpe y patético, utilizado como el comic-relief del filme. Quien se pronunció al respecto fue Tom Ford, diseñador de moda y director de cine (A Single Man, Nocturnal Animals), quien escribió sus pensamientos tanto positivos como negativos respecto de la película en un ensayo para Air Mail. Su palabra es más que autorizada, puesto que fue director creativo de Gucci de 1994 a 2004, e incluso como personaje tiene una breve aparición en la película.Por ejemplo, respecto al talento de Paolo, nunca se menciona que colaboró en diseñar el famoso logotipo de la doble G, característico de Gucci, aunque también es cierto que al parecer no era hábil para los negocios como se muestra en la película.

En adición, la mayoría de lo que se narra cinematográficamente se apega a las versiones que se conocen del caso, a excepción de algunos detalles que son simplificados y condensados respecto a los últimos años del matrimonio y a sus dos hijas. En la preproducción de La casa Gucci, François-Henri Pinault, el dueño de Gucci al momento de la producción de la película (y esposo de Salma Hayek, quien también actúa en el filme), mostró su apoyo otorgando el acceso al equipo técnico a los archivos de la compañía. El resultado de todo lo descripto anteriormente es una película muy entretenida y atrapante, en donde cada uno de estos peculiares personajes se destacará gracias a las grandes actuaciones de sus intérpretes. En La casa Gucci cuyos escenarios oscilan principalmente entre New York e Italia, se esbozan cuestiones que van más allá de los sentimientos y valores antes mencionados, como por ejemplo la evasión de impuestos, la administración empresarial y la falsificación de marcas de moda que permiten el acceso a las mismas por parte de las clases bajas. Mediante la música pop ecléctica de los ´80 y el esquema de personajes entorno a los enfrentamientos familiares, se deja entrever que -citando uno de los parlamentos de la película-“Versace es el rock, Ralph Lauren el cine y Gucci, el Vaticano de la moda”, porque parece ser que “La casa/familia Gucci” posee sus propias reglas y jurisdicciones por fuera de la ley, allí es donde conviven y se enfrentan ángeles y demonios.