La casa de los conejos

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

La casa de los conejos
La pelicula de Valeria Salinger, que se estrena este jueves, tiene varios aciertos. Por un lado aborda el tema de la historia politica de los últimos 6 meses del gobierno de Maria Estela Martinez de Perón y los primeros meses de la dictadura militar, proponiendo una continuidad entre ambos momentos, divididos dramáticamente, eso sí, por el 24 de marzo de 1976.

Lo hace desde dos focalizaciones bastante claras: una amplia, la de un grupo de militantes montoneros, hombres y mujeres, que conviven forzosamente en una casa de las afueras de Buenos Aires, escapando de las fuerzas de seguridad, y otra mirada, más específica, pero que termina bañándolo todo, que es la de Laura, una nena de 7 años que vive en esa casa en medio de esa atmósfera agobiante, una predictadura que se irá intensificando con el correr del tiempo en el relato. Y la mirada de Laura (o María Laura) lo dulcifica todo.
Raramente veremos el afuera. Ese “afuera” es amenazante y está representado por algunos elementos o espacios: la portada del diario, la plaza, la cárcel (aunque parezca paradójico).
En el interior del espacio doméstico donde se ha constituído una familia momentánea, pero se organizan acciones que necesitan la preparación de armas sobre la mesa de la cocina o imprimir folletos de propaganda con una imprenta instalada detrás de una pared con un grupo de jaulas de conejos. Tambien los conejos lo invaden todo.
Tambien entre lo que acierta Salinger, argentina que reside en París hace varios años, entre otras cosas es el casting (algo de lo que el cine argentino suele adolecer), los actores jóvenes que interpretan al grupo montonero, o la nena protagonista, más la presencia de Dario Grandinetti y Miguel Angel Solá, le dan al libro original una corporeidad ajustada y precisa. El ingeniero y el abuelo son las figuras masculinas fuertes para Laura. La alternancia dentro de su mirada infantil de esa vida como carcelaria pero tambien como feliz. En realidad, la única posible y de la que parece dificil salir.
El relato fluye, interesa y genera intriga. Está muy bien La casa de los conejos.
La película está realizada en copropudcion con Francia y España y está basada en una historia real, de nombres y apellidos, la de la hija de Chicha Mariani, la abuela de Plaza de Mayo cuya nieta nunca fue encontrada.