La canción de las novias

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Una historia de mujeres, amistad y desencuentro

La amistad entre Nour, musulmana, y Myriam, judía, nació cuando eran niñas y ahora, ya adultas, siguen cultivando ese lazo afectivo. Estamos en 1942 y ellas viven en Túnez, en un modesto edificio de una zona en la que judíos y musulmanes conviven en paz. Sin embargo, la envidia se hace sentir, ya que Nour no puede asistir a la escuela como su amiga, y ésta sueña con un amor imposible. Pero cuando el ejército alemán entra en Túnez se producirá entre ambas un sordo enfrentamiento.

Consecuentes con la política de Vichy, los nazis obligan a los judíos a pagar enormes impuestos y la madre de Myriam, acosada por las deudas, impone a su hija un casamiento no deseado. Nour, entre tanto, queda encerrada en sus sueños y sus fantasías y crece la envidia mutua; mientras que Nour se compromete con su verdadero amor, Myriam sueña con hallarlo. Así la historia se convierte en una dramática, poderosa e íntima interpretación de esas dos jóvenes mujeres en una parte del mundo donde los papeles femeninos son aún casi siempre secundarios. Pero más que una simple mirada a la sexualidad femenina, el relato desarrolla cómo el destino a menudo rompe con las obligaciones más fuertes y esenciales.

La directora Karin Albou establece una voz nueva y original y entre sus preocupaciones incluye la sexualidad femenina y la religión y cultura árabe y judía. La sutil narrativa de la realizadora dibuja contradicciones en todos sus personajes y, con pinceladas a veces poéticas y otras despiadadas, lleva a sus criaturas por esos caminos en los que la amistad es, en definitiva, mucho más poderosa que el terror y que la guerra. Lizzie Brocheré y Olympe Borval lograron dar notable autenticidad a sus papeles protagónicos.