La cacería

Crítica de Regina Fallangi - Cine & Medios

Todos contra Lucas

Lucas (Mads Mikkelsen) es profesor de jardín de infantes en un pequeño pueblo de Dinamarca; un lugar helado, tranquilo, donde todo parece prolijo y en su lugar. Acaba de divorciarse y esta reorganizando su vida, hasta que es víctima de una mentira que crece como una bola de nieve. Aparece una nena que tergiversa las cosas, mezclándolas con sus problemas familiares y con sus fantasías, más una directora de colegio con pocas luces, y padres con paranoia colectiva y necesidad de catarsis, lo que termina convirtiéndose en una bomba que explota en la cara del protagonista.
Desde el principio llama la atención la actitud pasiva de Lucas, tal vez es la tranquilidad de quien se sabe inocente, y confía en el buen juicio de los demás, o tal vez tiene esa actitud porque jamás supo tener otra. Siempre parece estar dejándole lugar a quien viene a invadirlo, no importa con qué intenciones venga, desde una ayudante del jardín decidida a conquistarlo y meterse en su casa, hasta una ex esposa que maneja la custodia de su hijo como quiere; o compañeros de trabajo que parecen tomar decisiones por él, sin tenerlo en cuenta.
Mientras el malentendido crece, Lucas no solo debe enfrentar problemas legales, sino también la reacción de un pueblo con gente correctísima que, ante la duda, prefiere ponerse del lado de la mayoría, donde siempre es mejor que la culpa la tenga otro.
Las cosas llegan demasiado lejos, Lucas se convierte en un animal acorralado, que por primera vez en su vida se ve obligado a reaccionar, a defenderse, aunque no tenga idea de cómo hacerlo.
La historia le escapa a los golpes bajos y la violencia explícita, porque el foco está puesto en la violencia pasiva y cotidiana, en la forma en que funcionamos como grupo en el momento en que elegimos una víctima. En paralelo vemos un pueblo donde la mayoría de los hombres salen a cazar, y luego se emborrachan entre amigos, mientras las mujeres se quedan en casa, y los chicos se convierten en hombres cuando les regalan su primer rifle, y traen un venado como trofeo.
El director Thomas Vinterberg, creador del dogma 95, conserva su forma de filmar cercana al documental, donde no son necesarios muchos elementos externos para construir la historia, que está sostenida por un guión sólido que permite hacer múltiples análisis sobre la doble moral y el funcionamiento de este pequeño pueblo, y de la sociedad en general.
Mads Mikkelsen, compone brillantemente a un hombre callado, honesto, un buen tipo que de un día para el otro se convierte en victima de sus propios amigos y vecinos, y debe evitar convertirse en el trofeo de cacería de su pueblo.