La cacería

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

Vi La caceria, de Thomas Vinterberg semanas después de su estreno en Buenos Aires, el 13 de junio pasado. Casi tres semanas después, sigue en cartelera. Película fuerte que pone a prueba a un personaje, envolviéndolo en una situación injusta, observando y preguntando cómo saldrá de ahi. Vinterberg (La celebración) menciona en alguna entrevista un concepto que es bien interesante y que pone a funcionar en la dinámica del personaje: hay una matemática en el drama , algo así como una situación inversamente proporcional en torno a la justicia que enfrenta: cuanto más justo el personaje, se lo expone a la situación más injusta, fórmula hitchcockiana por excelencia, continuada por Polanski, tópicos del cine de suspenso.

La película está basada en un caso real, provisto por un psiquiatra al mismo director. A partir de los dichos de una pequeña, un maestro de jardín de infantes es acusado de abuso de niños, sospechado y lógicamente rechazado por su comunidad, una comunidad compacta y afable (la película comienza con un juego en el lago en el que en seguida se destaca Lucas) que deja de serlo cuando siente que uno de los suyos se ha vuelto en contra. Claramente Klara miente. A partir de allí y, como en un juego, los demás niños, hacen la misma acusación (a la que nunca asistimos). La narración no juega con bordes ambiguos en ese sentido, en ningún momento se nos presenta Lucas como un personaje sospechoso, hay una corrección, una madurez, una contenida actitud que no podria haber sido de otra manera. En ese juego narrativo está el verdadero interés de esta película, por momentos siniestra, que nos identifica con un personaje atacado por un delito que no cometió, hecho que desplaza a un segundo plano la problemática del abuso. Delicada elección, por otra parte. Algunas escenas, son clave: como la de la niña que ve entre sueños, entrar a su habitacion la sombra de su padre, en el marco de la puerta, recurso repetido para mencionar visualmente el abuso verdadero.

Vale la pena, tiene algún golpe bajo que la empaña pero la pelicula es redonda y deja pensando.