La cabaña del terror

Crítica de Pablo Raimondi - Clarín

Horror, humor, inteligencia

Aprender a reírse de uno mismo, en este caso de las limitaciones del terror, un género cinematográfico que arrastra un vacío creativo a contramano de la cantidad de remakes, precuelas y toda clase de filmes que se estrenan por año.

La cabaña del terror combina formatos de televisión (como es el caso del reality show) ámbito conocido por Drew Goddard quien junto a Joss Whedon (realizador de Los Vengadores ) unieron fuerzas creativas para las tiras juveniles Buffy , La CazaVampiros y A ngel , entre otras.

¿Y que hizo esta dupla? Plantó la típica propuesta de miedo de los ochenta (cabaña símil Evil Dead , bosque, universitarios libertinos, zombies asesinos a lo George A. Romero) y la cruzó con un experimento mediático que recuerda a The Truman Show .

El ficticio montaje es controlado a la distancia desde una sala de operaciones comandada por Hadley (Bradley Whitford) y Sitterson (Richard Jenkins) donde los miedos, comportamientos y demás acciones son digitados por estos sarcásticos titiriteros a los que les gusta especular, apostar y ¿disfrutar? por el destino de sus víctimas. Una proyección de lo que sienten los fanáticos del género. Desde ese momento, el espectador conocerá el juego de este filme: el triunfo desde lo absurdo, la autocrítica hecha película que se escuda en sus miserias y clichés.

Chris Hemsworth (Thor) en la piel de Curt, la actriz Kristen Connolly (Dana) y el enigmático pero acertado Marty (Fran Kranz) son parte de los conejillos de indias dentro de la cabaña, presa de los manipulados “muertos vivientes”. Aunque algo fallará y el sistema de control (inspirado en el medioambiente tecnológico de la NASA de los setenta) sucumbirá.

Esta película pregona contra el excesivo daño a los jóvenes en pantalla, su primitivo y limitado comportamiento donde la muerte es sólo un remate obvio carente de suspenso. Uno de sus guionistas fue lapidario: “las tramas son cada vez más predecibles y las muertes cada vez más repugnantes. Se invierte más interés en los instrumentos de tortura y menos en los personajes y el diálogo. El sistema se ha abaratado”. Como pocos exponentes del género, La cabaña del terror te dejará pensando.