La Bella y la Bestia

Crítica de Facundo Barrionuevo - El Día

Mágico final, Bella y bello son.

La versión de Disney de La Bella y la Bestia de 1991 fue la primera animación de la historia nominada a mejor película en el Óscar. Con la reciente incorporación de lo digital, los dibujos y animaciones no eran los mejores, pero construyeron el resurgimiento taquillero que Disney tendría a lo largo de los ’90. Luego vendrían El Rey León, y más tarde Tarzán, cerrando la década para dejar paso a la animación enteramente digital de Pixar. La versión de Bill Condon viene a recuperar esa mística noventosa y a explotar otras posibilidades visuales. Rescata lo mejor, la banda sonora y las grandes canciones del musical, y lo recarga de ideas escenográficas complejas, diseños sensuales y complicados, y radiantes animaciones digitales. Aunque, de todas maneras, un detalle molesto es la animación del rostro de la bestia. Su carácter íntegramente digital llega a ser tosco e inhumano y no logra expresar grandes emociones.

Existe una cuenta difícil de saldar en estas historias donde una chica se enamora inesperadamente de un ser en teoría horrible. Como en Shrek, el amor entre personas distintas parece triunfar. Parecen triunfar otras formas de atracción, distintas ideas del amor y de la belleza. Pero siempre hacia el final esas diversidades son injustamente derrumbadas con un pase de magia para que los enamorados terminen siendo simplemente dos humanos, o dos ogros, y no haya demasiados inconvenientes.

Lo cierto es que La Bella y La Bestia también rescata el poder visual de la versión de Jean Cocteau de 1946, el primer largometraje para cine. En la versión francesa, el desenlace es insólito. La película termina cuando una estatua viviente le da un flechazo al villano Avenant (Gastón en la versión de Disney) e invierte el hechizo. Avenant muere convertido en bestia y el príncipe (bestia de corazón) resurge con el rostro del mismísimo Avenant. Esa imagen, ese rostro odiado hace instantes empieza a ser amado por Bella de manera repentina. Un final confuso, incómodo, turbio, sucio y apasionante. En sólo 2 cuerpos un intenso ménage à trois entre Bella, Avenant y la bestia peluda.