La ballena

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

El filme dirigido por Darren Aronofsky, podría sintetizarse de la siguiente manera: Charlie (Brendan Fraser) es un sujeto con una obesidad mórbida que lleva años produciéndola. Abandono a Mary (Samantha Morton) su mujer y a Ellie (Sadie Sink) su hija hace 10 años para ir a vivir con su amante. Ante su muerte inesperada, Charlie se abandona eligiendo comer como forma de suicidio. Parafraseando a Juan C. Baglieto cuando canta “A veces cuando pienso que todo esta perdido. Voy hacia alguna de las formas de la muerte”. Cuando finalmente siente que esto va a suceder intentará recomponer un poco el vinculo con su hija. No es la primera vez ni la última que esta temática se exponga en un filme, de hecho la recomposición de la relación padre/hija fue tratada por el director en su filme “El Luchador” (2008). La gran diferencia radica en que solo hay 6 personajes y casi todo transcurre en un mismo espacio físico, el departamento de Charlie. Lo conocemos