La aparición

Crítica de Pablo Raimondi - Clarín

Espíritu con poca tensión

Un equipo de estudiantes universitarios busca demostrar que a través de las ondas del cerebro humano se pueden invocar y materializar espíritus en conjunto. Los jóvenes filmaron la sesión ocultista, pero no todos pensaron en la misma persona. Y el experimento se desmadró. Hasta ese momento, una hipótesis atractiva para La aparición, el inquietante debut en largometraje del joven director Todd Lincoln.

Uno de los integrantes de aquel team es Ben (Sebastian Stan, de la tira Gossip Gir l), quien no espera que un espíritu lo persiguiera a él y a su novia Kelly (Ashley Greene, de la saga Crepúsculo ). Por esas causalidades de un argumento predecible, la película se desarrolló en un barrio repleto de torres de electricidad. Imaginen.

Las manifestaciones en la vivienda (manchas en las paredes, putrefacción por debajo del piso, típicas sombras nocturnas) obliga a que el joven recurra a la ayuda de Patrick (Tom Felton), un nerd experto en lo sobrenatural, quien ya le había advertído de esta aparición. Y él lo obviaba.

Víctimas transportadas a otro mundo, un virus que crece y se alimenta de nuestros miedos (algo que escasea en el filme), bilocaciones (lo mejor) y voltajes en ráfagas fantasmales es una perdigonada inconexa de situaciones para desentrañar el hilo (eléctrico) de un “exitoso” juego parapsicológico.

El filme posee algunos guiños con dos perlas orientales, Ju-On (raíz de las sucesivas The Grudge ) o Ringu (germen de The Ring ) con la clásica imagen de la mujer emergiendo de un pozo y atravesando la pantalla de la tele. En L a aparición sale de un ¡lavarropas! Rescatemos algunas locaciones y el trabajo fotográfico de Daniel Pearl ( Masacre de Texas , Viernes 13 ). Nada más.