La Academia de las Musas

Crítica de Gaspar Zimerman - Clarín

La clase del seductor
Con estilo documental, el español José Luis Guerín muestra el resbaladizo vínculo entre un profesor y sus alumnas.

Hay que tenerle paciencia a La academia de las musas. La película empieza como un árido documental sobre las clases universitarias de literatura de un profesor, Raffaele Pinto, que analiza el rol de las musas en la obra de Dante. La palabra tiene un rol fundamental: todo ocurre en las conversaciones del profesor con sus alumnas y de ellas entre sí. Primeros planos, diálogos registrados desde detrás de vidrios: la sensación de que estamos espiando algo. No se sabe muy bien hacia dónde va todo esto, hasta que toma un rol protagónico la esposa de Pinto, que permanentemente lo confronta y pone en duda sus argumentos.

“Tú no eres Sócrates y tus clases no son El banquete”, le espeta en uno de los momentos de mayor tensión, cuando descubrimos que todo ese florido discurso sobre el lenguaje, el amor y el deseo enmascara lo fundamental: la seducción o los “muslitos” que Gombrowicz señalaba como la motivación última de todo.