Kóblic

Crítica de Facundo Vallejos Yunes - Tiempo de Pochoclos

Kóblic es un aviador que decide escapar de su entorno y de su propia conciencia después de estar metido en una de las actividades más atroces de la última dictadura argentina: los vuelos de la muerte. Decide huir a un pueblo escondido en el medio de la provincia de Buenos Aires, llamado Colonia Elena, donde intentará alejarse de su pasado oscuro.

La historia que persigue un camino genérico, logra armar una estructura tomando el western como referencia: un forastero que huye de la ley y se instala en un pueblo. Personajes con tintes de cine negro, que se ven en la pareja principal: un hombre del cual no conocemos mucho, oscuro y frío que se enamora de una bella mujer que necesita de su ayuda, ya que sufre maltratos. Todo esto con tintes de thiller y suspenso, que logran captar la atención del espectador durante una hora y media.

Los puntos fuertes en esa propuesta son el elenco, la fotografía y la banda sonora. Primero, tenemos un elenco de lujo en el que vemos por un lado a un Oscar Martínez irreconocible, gracias a la impecable dirección de arte que se encargó de transmitir un personaje desagradable a la vista. Oscar, reconoce que fue un papel difícil de interpretar ya que es todo lo contrario a él, hasta en la manera de pensar y hablar, "tuve que despejar de mi mente todo lo que soy, para poder hacer que Velarde aparezca en mí" comentaba en la conferencia de prensa. Luego, está Ricardo Darín que como siempre logra adecuarse a las facetas del personaje que se le presente. Nuevamente, tuvo la oportunidad de compartir escenas con un perro, Ifraín, que es algo que él ama, "creo que me llevo mejor con los animales, que con mis compañeros actores" dijo entre risas el actor. La figura femenina del elenco, la actriz española Inma Cuesta, realiza un impecable trabajo a la hora de manejar el acento argentino y encajar como un habitante más de ese pueblo fantasmal.

Esta co-producción hispano-argentina, toma San Antonio de Areco como escenario principal para desarrollar esta intrigante historia. Es destacable cómo está armada la locación, respetando la época en la que se desarrolla, los años 70. Uno puede sentir que es transportado en el tiempo y percibir lo pequeño que es el pueblo. Algo que complementa a este escenario, es el casting realizado para los habitantes del pueblo. Se nota que hubo una búsqueda detallada para encontrar los actores adecuados que tengan un perfil autóctono y no desencajen en la historia.

La fotografía es otro punto fuerte en esta película, el uso de los colores adecuados logra transmitir ese sufrimiento que vive Kóblic por los tormentos de su pasado y por otro lado, el tinte de colores cálidos que ronda entre amarillos y marrones, que son utilizados para dar una identidad a ese pueblo quedado en el tiempo y perdido en el medio del campo.

Otro punto destacable es la banda sonora, realizada por Federico Jusid, que complementa perfectamente la acción que se desarrolla durante todo el film. Con una base fiel a la música de suspenso, la misma se ve teñida con varios aspectos folclóricos a través del sonido del bombo, dando como resultado un perfecto acompañamiento a la imagen.

El único punto flojo que se puede remarcar es la resolución del deselance, que parece muy rápido y forzado, al igual que la pareja principal, ya que desde un punto de vista del guion, no podemos ver un desarrollo más adecuado que de tiempo a que los personajes se conozcan, para luego entablar esta relación pasional que mantienen en secreto.

Si quieren ver una propuesta argentina y pasarla bien en el cine, Kóblic es una de las adecuadas para esta ocasión, con un elenco destacable y una historia ficcional que toca un tema que siempre está vigente, la dictadura, pero desde una perspectiva diferente a la que estamos acostumbrados, un victimario arrepentido.