King's Man: El origen

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

Esta producción presentada como una precuela, esto es la historia anterior al relato conocido, peca primordialmente por destruir lo construido por sus dos antecesoras. Principalmente la primera.
También algo se pone en juego a partir de la duración de la misma, cuando en realidad el desacople entre lo narrado y la extensión se produce por inconsistencias, incoherencias y previsibilidades en el guión. Lo que termina por dar la sensación de alertagamiento en el desarrollo del texto fílmico.
Otro punto que desfavorece esta tercera entrega es la ausencia casi completa de ese humor entre negro, sarcástico para dar lugar a un humor sardónico, o sea desmesuradamente forzado y a cuenta gotas.
Sumado a esto el filme se establece como demasiado solemne, creído de si mismo.
El filme abre en 1902 en un campo de refugiados en Sudáfrica, en una misión pacifista y solidaria, el Duque de Oxford (Ralph Fiennes) con su familia intenta salvaguardar la vida de estos. El campo es dirigido por su amigo de toda la vida el capitán Kitchener (Charles Dance), pero no resulta de la manera prevista y la tragedia se hace presente.
Con un salto temporal de 10 años, nos encontramos al mismisimo duque intentando educar sobre protegiendo a su hijo, ayudado por sus dos incondicionales colaboradores, Shola (Djimon Hounsou) y Polly (Gemma Aterton).
Estamos en las postrimerias de la primera guerra mundial, en algún punto perdido del planeta se están reuniendo los principales criminales del mundo, entre ellos Mata Hari, Rasputin, entre los reales, con el único fin de hacerse dueños del mundo.
Ante los hechos históricos conocidos que derivaron en la gran guerra en 1914, padre e hijo se distancian, uno que levanta la bandera pacifista, mientras el hijo cree en la obligación moral de incorporarse al ejercito ingles.
A partir de esto, que se desarrolla en el primer cuarto del filme, todo lo demas es un sinfín de vueltas y contra vueltas, que mas confunden, aburren que mantener el interés del espectador.
Para cerrar con un final, tan forzado como el resto de los conflictos, mucha acción, bien filmada, con personajes solo presentados, mal construidos los principales, sin desarrollo los secundarios, exento de un humor genuino. Caracteristica primordial de las dos primeras entregas.
Calificación: Regular