King's Man: El origen

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Si la saga se vuelve exitosa y los protagonistas se encarecen… entonces haz una precuela. Es posible que la saga Kingsman no tenga mas hilo en el carrete pero, al retrocederla en el tiempo, las cosas se pueden condimentar de tal manera que la franquicia siga siendo interesante. En mi caso la opinión de The King’s Man es positiva – llevamos la intriga a la época de la Primera Guerra Mundial, terreno poco explorado en lo cinematográfico y que Mujer Maravilla ha demostrado (con creces) el enorme potencial que posee; la acción en manos de Matthew Vaughn sigue siendo formidable; hay secuencias largas plagadas de sorpresas de todo tipo; los personajes son exóticos e interesantes -, pero asumo que lo mío pertenece a una minoría. Cuando algo se aparta demasiado de lo standard y se vuelve demasiado excéntrico, la gente termina por darle la espalda. Todo el mundo quiere sci fi, gadgets y fantasía; una aventura ambientada en la época de biplanos, pistolas Mauser y decadentes imperios desaparecidos posee un sabor muy peculiar que no todos apetecen. Como aventura histórica The King’s Man cumple… aunque no por ello no deje de ser una sanata de proporciones épicas.

La única manera posible de disfrutar The King’s Man es verlo como una aventura de historia alternativa – no muy diferente a Watchmen -. Los sucesos narrados en el filme no ocurrieron ni por las causas que el libreto expone, ni siquiera en los tiempos que la historia maneja. Como sea, yo compro si el resultado me entretiene. Acá hay un aristócrata devenido enemigo de la guerra, el cual ha formado una red privada de inteligencia enrolando al personal de servicio de distintos reyes, emperadores y políticos. Tratando de ayudar a un amigo del ejército, el Duque de Oxford (Ralph Fiennes) va a hablar con el Archiduque de Austria, solo para terminar presenciando su muerte a causa de un atentado. Pero en vez de ser un fanático nacionalista, hay toda una organización supersecreta que intenta hacer estallar una guerra en Europa para su propio beneficio. Como una especie de Spectre vintage hay espías, generales corruptos, secretarios de estado conspiradores y, desde ya, un tenebroso guía espiritual – el monje Rasputín – que manipula los designios del Zar de Rusia. Oxford y sus aliados intentan sacar del juego a Rasputín y, luego, socavar las manipulaciones de la sociedad secreta para poder apagar el fuego de la guerra.

The King’s Man es episódica – toda al trama se desarrolla en los cuatro años que consume la Primera Guerra Mundial así que vemos un incidente aquí, otro allá y vacíos separados por meses o años – pero ello no quita que los episodios no sean interesantes. Desde la bizarra pelea con Rasputín – un desquiciado Rhys Ifans que se relame (literalmente!) con el papel – hasta un masivo incidente en las trincheras británicas, no hay momento en que Vaughn no demuestre su talento para hacer escenas de acción que se sientan frescas y plagadas de sorpresas. Quizás el último acto es desprolijo – el gran cerebro criminal detrás de todo esto dista de ser tan fascinante como Ernest Stavro Blofeld; Fiennes se ve muy veterano y fuera de estado para hacer de héroe de acción – pero no deja de ser interesante.

No sé si recomendaría The King’s Man: creo que es para paladares peculiares. Si te gustó La Liga Extraordinaria verás que sigue esa onda mezcla de historia alternativa y eventos bizarros; si te gustó las entregas previas de Kingsman verás que es un animal de otra especie. Incluso el final – donde vemos como nace la organización – se ve forzado. Pero si vemos la aventura por la aventura misma me parece mas que recomendable, sobre todo por el virtuosismo de Vaughn como director en lo visual y narrativo mas que por las virtudes propias del libreto que no deja de ser sanata histórica con algún que otro toque excéntrico.