Kick-Ass

Crítica de Felipe Quiroga - CiNerd

LA VENGANZA DE LOS NERDS

Antes de morir, el tío Ben le enseñó a Peter Parker, alter ego de Spiderman, una lección que lo marcaría de por vida: un gran poder conlleva una gran responsabilidad. ¿Pero que pasa cuando no se tiene un gran poder? Aunque la idea de responder a esa pregunta no es nueva (ya la desarrollaron filmes como MISTERY MEN en 1999 y otros no tan conocidos, como SPECIAL en 2006 y BLANKMAN en 1994), la actual sobreabundancia de películas de superhéroes al parecer obligaba a darle un giro novedoso al subgénero y ofrecer algo diferente a los espectadores. Así llega KICK-ASS.

El film está basado en un violento cómic que relata como un nerd fanático de las historietas decide emular a sus héroes y, luego de fabricarse un traje casero, sale a las calles a luchar contra el crimen bajo el nombre de Kick-ass (algo así como “Patea-traseros”). Gana algo de fama luego de que un video suyo sea subido a Youtube y conoce a otros locos con capa y máscara, como Hit Girl y Big Daddy: juntos intentarán detener a un jefe mafioso interpretado por Mark Strong.

La película es entretenida y delirante, bizarra y simpática. Está repleta de humor negro, ultra-violencia y numerosas guiños hacia la cultura popular (hay referencias a My Space, You Tube, los juegos en primera persona tipo Counter Strike, el final de la serie “Lost” y, obviamente, los superhéroes de cómics), algo que la hace muy cómplice: KICK ASS se ríe junto con el espectador. Y esto la hace mucho más disfrutable.

El protagonista de KICK-ASS es un loser estudiante de secundaria (sí, con todo lo que eso implica en cuanto a lo ya visto en películas y series yanquis, como los populares molestando a los nerds, los bravucones robando el dinero del almuerzo, etc), lo que hace que la película tenga por momentos ese aire a SUPERBAD, con chistes sobre la locura hormonal adolescente y hay también por ahí algún porrito. Además actúa Christopher Mintz-Plasse (Mc Lovin en SUPERBAD) que interpreta a Chris, el hijo del mafioso.

KICK-ASS tiene la capacidad de generar diferentes sensaciones de modo vertiginoso: va de la risa al momento emotivo. También, de la parodia a la seriedad. Es que, a pesar del delirio total y de lo gracioso que pueden resultar varias situaciones, las historias de los personajes son bastante jodidas y hasta tristes en el fondo.

El director Matthew Vaughn filma satisfactoriamente las violentas e intensas secuencias de acción (muy bien acompañadas por la banda sonora), algo fundamental en este tipo de películas, sumado a algún que otro toque de los estilos de Guy Ritchie (ambos laburaron juntos en el pasado, aunque Vaughn en el rol de productor) y Tarantino. Más allá de todo eso, la esencia del cómic se respeta y los cambios que hubo fueron para mejor. Si hay algo que se le puede criticar negativamente al film es el hecho de que a pesar de ser una sátira (muy loca, pero con un pretendido realismo al fin) y de jugar con los lugares comunes del cine de acción y de superhéroes, finalmente no termina apartándose mucho de estos tópicos SPOILER, es decir, el nerd se queda con la chica linda, los malos malísimos reciben su merecido, etc FIN DE SPOILER

En cuanto a las actuaciones, la pequeña Chloe Moretz se roba la película como Hit Girl, una mini Beatrix Kiddo, mal hablada y mortífera, pero con cierta inocencia. Strong demuestra porque es el actor de moda para interpretar villanos y se hace temer. Nicholas Cage también se luce como el melancólico ex-policía que decide enmascararse para combatir la delincuencia, una mezcla entre The Punisher y Batman, badass y desequilibrado. Aaron Johnson, el protagonista, cumple con la difícil tarea de ponerse la película al hombro.

Para ir cerrando, podría decirse que KICK-ASS es el hermano adolescente, jeropa, borracho y fiestero de los maduros y serios THE DARK KNIGHT y WATCHMEN; es un homenaje a los cómics y, sobre todo, a los fans de los cómics. Recomendable a full… y si no la vas a ver merecés que te pateemos el orto. Nuff said!