Kick-Ass

Crítica de Diego Lerer - Clarín

Superhéroe casero

Un adolescente decide “convertirse” en un superhéroe y se termina metiendo en serios problemas.

Por qué a nadie se le ocurrió ser un superhéroe en la vida real?”, se pregunta la voz en off de Kick-Ass al comenzar la película. Tanto adolescente fanático de los cómics, nerds marginados en el colegio y con poco acceso a las chicas, ¿por qué en lugar de consumir fantasías acerca de volverse poderoso, amado y admirado, directamente no pasan a los hechos aunque no tengan, en realidad, ningún poder especial? Eso es lo que piensa Dave -y luego veremos que no es el único- en el comienzo de Kick-Ass , la nueva película del inglés Matthew Vaughn, quien fuera productor de Guy Ritchie y tras la muy buena película de gángsters Layer Cake se convirtió en director.

El arranque de Kick-Ass es muy diferente. Parece tratarse de una parodia de superhéroes jugada por los protagonistas de Supercool , o tantas otras comedias sobre nerds de secundaria. Como en aquélla, aquí son tres amigos de los cuales uno, tratando de impresionar a una chica, decide calzarse un traje verde y, sin talento alguno, salir a cazar villanos por Manhattan.

Esa primera parte es la más divertida: paródica pero no obvia, cruzando el género con cierto realismo y con algunos toques que hacen acordar a gemas literarias que atraviesan escenarios similares como La fortaleza de la soledad , de Jonathan Lethem.

Pero Vaughn no se conforma con eso. En realidad, sólo funciona como punto de partida para una película mucho más “ Guy Ritchie” de lo que parecía en un principio. Habrá gángsters, un padre y una hija obsesionados por las armas (quienes, al ver la fama que termina alcanzando el tal Kick-Ass se lanzan a combatir lo que se les cruce en su camino) y también el hijo del mafioso, otro chico solitario en busca de atención paternal, encarnado por Christopher Mintz-Plasse, el McLovin’ de Supercool .

En extremo violenta -aunque en un tono paródico que la acerca, si se quiere, más a Kill Bill que a El Hombre Araña , su referente temático más cercano-, el filme termina tomándose demasiado en serio como película de acción y perdiendo un poco el eje entre subtramas y diversos personajes.

Da la impresión de que, tras un comienzo en clave humana, Vaughn quiso demostrar que era capaz de dirigir la nueva película de X-Men y puso sus fichas en eso. Lo logró: dirigirá la próxima X-Men . Y, aparentemente, también Kick-Ass 2 . Aquí demuestra su talento para el género, pero también sus limitaciones como director.