Kick-Ass 2

Crítica de José Tripodero - A Sala Llena

Los límites de la reflexión (sobre el superhéroe)

La virtud que tiene Kick-Ass 2 es la de independizarse como obra, sin la necesidad imperiosa de repetirse temáticamente a su antecesora, la que funcionaba como un film de iniciación. Si bien el protagonista, Dave / Kick-Ass (Aaron Taylor-Johnson) y su amiga Hit Girl (Chloe Grace Moretz) son personajes derivados de la primera película, el camino que entablan aquí es diferente, es el de la búsqueda urgente de la identidad agregado a la cotidianeidad adolescente y sus motivos: el deseo sexual, las castas escolares, etc. El comienzo promisorio, en el que aparentemente ambos van a formar un dúo para continuar la lucha contra el mal, se desvanece poco a poco hasta quedar separados, cada uno por su bando. Kick-Ass se une a un grupo de “vigilantes” comandados por el Coronel Bands and Stripes (un sutil Jim Carrey) mientras que Mindi, luego de prometerle a su padre sustituto dejar el uniforme para siempre, busca encajar en el submundo superficial de las adolescentes denominadas “mean girls”, aunque su alter ego nunca desaparece por completo. La búsqueda de la identidad, en el tormentoso período de la adolescencia, no está limitado a los buenos sino, que también, es el objetivo del villano de turno: Motherfucker, el hijo del mafioso D’Amico asesinado en la primera película por Big Daddy, el padre de Hit Girl, quien también falleció...