Kick-Ass 2

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

No Fun.

La primera Kick-Ass había resultado una agradable sorpresa por su particular sentido del humor, su violencia y un argumento que contraponía al superhéroe, anhelado a través de la mirada de un adolescente nerd, con el contundente choque con la realidad producto de abandonar la habitación y salir a vivir el mundo. En Kick Ass 2 el equilibrio en este último aspecto se pierde y nuestros queridos personajes comienzan a perder sus personalidades y su carisma frente a una realidad quizás demasiado dura para lo que debería haber sido este film.

Como era esperable, en esta secuela los personajes crecieron y con ellos sus problemas. Sin embargo, problemas y personajes no lo hicieron proporcionalmente, encontrándonos con jóvenes que actúan igual que en la primera parte pero con la diferencia que en esta la muerte es una posibilidad mucho más tangible. La visión fantaseada del film del 2010 permitía que una golpiza a un joven o una bazuca apuntada a un villano sea festejada. En este nuevo film, la crítica social y la decisión de poner cada acción bajo un prisma existencialista hacen que el espectador no se tome la historia tan a la ligera.

Kick_Ass_2_EntradaEn esta óptica el grupo de superhéroes sin super poderes al que se une Kick Ass (Aaron Taylor-Johnson) se convierte en un grupo paramilitar dirigido por el Coronel Stars and Stripes (Jim Carrey), estereotipo del republicano católico, integrado entre otros por dos padres que con el patrullaje subsanan las penas por la desaparición de su hijo Tommy. Este grupo luchará contra una organización coreana (seguramente de la Corea “mala”) de trata de personas y a algunos inmigrantes criminales más.

La parte del guión reservada para Hit-Girl (Chloe Moretz) no resulta mucho más alentadora. Ella lucha por adaptarse al mundo de las chicas de su edad. En ese camino además de descubrir su sexualidad gracias a un video del cantante pop del momento descubrirá que las adolescentes pueden ser más crueles que los delincuentes y que usar armas bélicas es un gran síntoma de madurez.

Kick Ass 2 pierde por alejarse del humor irreverente y por momentos absurdo de la primera parte para establecer casi un drama existencialista sobre el crecimiento y las consecuencias de los actos. Dentro de este nuevo contexto la violencia del film ya no resulta nada divertida.