Khumba

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Desde que la animación computarizada y el 3D acapararon la (casi) totalidad de producciones animadas infantiles, se viene dando una tendencia cada vez más frecuente; películas que podríamos llamar independientes, y en algunos casos de países con producción cinematográfica escaza, que nada tienen que envidiarle en cuanto a la técnica a lo que durante muchos años fue un monopolio de grandes productoras hollywoodenses (con Disney a la cabeza).
Esta tendencia, que uno podría creer positiva ya que además hizo crecer exponencialmente la oferta, tiene el negativo costado de que, extrañamente o no, esas producciones (que por más que lo disimulen cuentan con un presupuesto de un tercio que los grandes tanques) constantemente intentan imitar la fórmula de los grandes éxitos estadounidenses, como si fuese un manual o un libro sagrado para ser rendidor.
Este es el problema fundamental de "Khumba", que una película que pregona desde las entrañas de su historia el ser diferente para ser mejor, en realidad busque tanto parecerse a otras, y para peor aún, sin lograr ni siquiera acercarse de lejos." Khumba", co-producción sudafricana estadounidense, pertenece a la misma empresa que el año pasado trajo Zambezia, y básicamente las cosas no cambiaron demasiado. Si aquella tomaba mucho de "Rio" y de cualquier film de animales selváticos; esta toma mucho de Madagascar y cualquier film de animales en desierto africano (o sea, las copias de Madagascar).
Anthony Silverston (que subió de escritor a también director) hace un trabajo de piloto automático para contar la historia de Khumba, una cebrita que nació con la mitad de su cuerpo sin rayas, y a partir de ahí, una especie de maldición cayó sobre su pueblo, una sequía interminable los asola y está arrasando con todo y todos, inclusive la madre de Khumba, que antes de morir (casi como si fuese una parodia al melodrama, pero no) intenta darle un consejo contándole de una leyenda, que el joven malinterpreta.
En la antigüedad las cebras eran todas blancas, pero una de ellas se sumergió a un pantano y al salir, tenía rayas. Entonces, Khumba (no escuchando la moraleja del asunto de que luego todas las cebras se sumergieron y esa cebra única perdió lo que la hacía especial) emprende un viaje para encontrar aquel lugar mágico que le otorgue sus rayas, y así, de paso, terminar con la maldición.
Por supuesto, en el camino se encontrará con toda una fauna de personajes variados, y hasta habrá historia de amor adolescente. Como es usual, el film hace un buen uso de la animación en fondos con paisajes que parecen reales (salvo ocasiones como esa deuda pendiente que es el agua), pero no se define tan bien en la animación de los personajes, que acertadamente disimula carencias volcándolo hacia lo caricaturesco. El 3D aporta algo de profundidad de campo, pero no es realmente fundamental ni destacable.
Si algo caracterizaba a "Madagascar" y sus imitaciones es el ritmo frenético e imparable que a muchos (me incluyo) desagrada, "Khumba" en ese sentido es un híbrido, porque tiene todos los elementos para tomar ese ritmo de gag tras gag, de humor slapstick, pero no, su ritmo es parsimonioso, lento, casi contemplativo. Siendo así, "Khumba" se maneja en un relato en el que no pasa demasiado, en el que tanto padres como niños se relajan (hasta el casi punto de aburrirse), pero esa calma es interrumpida intermitentemente por personajes estridentes fuera de lugar, forzados, como el avestruz Bradley y el perro salvaje Skalk los cuales cumplen el rol de comic relief.
Quizás los chicos más chiquitos, hasta siete u ocho años, puedan disfrutar del colorido y de algún personaje o momento tierno; también está el edificante mensaje inicial que luego queda algo trunco u olvidado. Para los adultos aquí no, salvo contados toques, no hay referencias a su mundo, quedan aquí relegados a meros acompañantes.
Por último, la inexistencia de copias en idioma original, hace su aporte para que el interés sobre este film sea cada vez menos mediante la proyección avance. Khumba es un film fallido, pero no por debajo de la media de estas producciones que con muchísimos menos recursos intentan alcanzar algo que nunca podrán igualar, las hay de a varias por año y esta es una más.