Karnawal

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

“¿Dónde nos refugiamos cuando somos adolescentes y el mundo adulto que se nos impone viene con muchas más preguntas que respuestas?”, se pregunta el director Juan Pablo Félix en las notas de prensa de Karnawal. El protagonista de su película encuentra una respuesta similar a la que halló Félix en su infancia y adolescencia: el malambo, ese zapateo de orígenes gauchos afincado en la cultura andina de la región.

Ese chico se llama Cabra (Martin López Lacci) y es un adolescente que vive con su madre (Mónica Lairana) y su pareja (Diego Cremonesi) en el norte de Argentina, muy cerca en la frontera con Bolivia, la misma que atraviesa para pasar mercadería y, con ese dinero, comprarse unas botas de cara a la competencia de malambo más importante de su vida.

Es en ese contexto que recibe la inesperada visita de su padre, el Corto (el chileno Alfredo Castro), un estafador que acaba de salir de la cárcel por unos días mientras cumple su último periodo de condena. Con qué intenciones aparece, qué trae bajo la manga, son cosas que ni la madre ni Cabra saben, hasta que los obliga a embarcarse a un viaje por las rutas norteñas que los enfrentará a distintas verdades que preferirían no conocer.

Karnawal hace de la familia el núcleo problemático de un relato que oscila entre la road movie (la geografía como terreno de cambio), el thriller policial (los problemas de Corto aparecerán más temprano que tarde) y el coming-of-age, en tanto Cabra difícilmente sea el mismo luego de esta experiencia.

Porque en Cabra hay una distancia emotiva con un padre al que prácticamente desconoce y que cubre con un manto de silencio que se contrapone a la vitalidad frenética del malambo. Félix conjuga, en los silencios de ese chico, una paleta de sentimientos que va de la culpa a la vergüenza y, de allí, al deseo adolescente. El resultado es una película serena aun cuando sus personajes erupcionen por dentro, una historia de reencuentros involuntarios y paternidades que se conjugan con justeza en la escena final.