Karakol

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

La reconstrucción.

Como en otros relatos, a veces la muerte puede ser un punto de partida. Por lo menos esa parece la propuesta madre de Karakol, opus de Saula Benavente (ver entrevista) que cuenta entre otros con la presencia de Luis Brandoni, Soledad Silveyra y la francesa Dominique Sanda, quienes además acompañan a la joven Agustina Muñoz.

Ella transita por un lado con una búsqueda interior y por otro con la del viaje externo al encontrar indicios de aspectos desconocidos acerca de su recientemente fallecido padre. Procura separarse de las ideas familiares; de las historias contadas una y otra vez por su madre o su tía, para salir a la intemperie de la memoria y partir hacia un inhóspito refugio en Europa.

Karakol, más que un lago que existe geográficamente hablando, es ese famoso “no lugar” en el que cada detalle organiza una posible raíz de un nuevo árbol genealógico, más personal, más íntimo y en el cual la protagonista del film se ve sumamente involucrada.

Sin apelar a la retórica y a clichés surrealistas, la directora reconstruye ausencias desde la propia ficción y la metaficción, desde un punto de vista absolutamente original y arriesgado a la vez. Para ello, depende enteramente de la buena predisposición de Agustina Muñoz, su amplia paleta de emociones, y de un elenco sólido que sabe acompañar.