Karakol

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Ante lo inapelable de la muerte una hija no se resigna al dolor de la pérdida de su padre. No quiere llorar junto a familia, ni escuchar las versiones que cuenta su madre, su tía o sus hermanos. Busca y encuentra la punta del iceberg de un secreto y parte a lo desconocido, a un país exótico, tan distinto como fascinante, tan remoto como viajar a otro planeta. Y allí hurga huellas de otra existencia de un ser que ya no está. Pero también se pregunta sobre el derecho a revelar lo que estuvo oculto y privado. Filmada en nuestro país y en un lago que le da el titulo al filme, en Tajikistán, este bello film, con espléndida fotografía, bien dirigido por Saula Benavente, que también escribió el guion y coproduce. Con la sensible y justa actuación de Agustina Muñoz, la inspiración del film surgió a través de conversaciones entre la protagonista y la directora. Tiene otros lujos de actuación, ver a la exquisita Domenique Sandá, con muy buena química con Soledad Silveyra, y un elenco lujoso que incluye actuaciones breves y especiales de Luis Brandoni y Gabriel Corrado. Una interesante indagación sobre los destrozos de dolor y las mezquinas necesidades de uno, entre las ausencias inaceptables y la invasión a una privacidad entre imaginada y real.