Juventud

Crítica de Iván San Martín - Cinergia

Retórica de la soledad

Luego de ganar el Óscar a Mejor Película Extranjera en 2014 por La gran belleza, el director napolitano Paolo Sorrentino trae su segunda película hablada en inglés después de Un lugar donde quedarse (The Must Be the Place, 2011).
Fred Balliger (Michael Caine) es un retirado director de orquesta que pasa sus vacaciones en un lujoso hotel y spa de los Alpes Suizos, acompañado de Mick Boyle (Harvey Keitel) un director de cine que busca la inspiración para terminar su última película y su hija Lena Ballinger (Rachel Weisz) quien se recupera luego de una separación.
En el hotel hay algunos huéspedes que en mayor o menor medida se relacionarán con los personajes. Uno de ellos es Jimmy Tree (Paul Dano), un joven y talentoso actor pero que ha quedado encasillado en un personaje que detesta y en el que no se le veía la cara, ahora se retiró por unas a semanas para preparar un papel que requiere mucha preparación física y sobre todo psíquica, además descubrirá que tiene bastante cosas en común con los dos ancianos. Otra de las huéspedes es la flamante Miss Universo quien entre sus premios tiene una semana con todo pago y será el objeto de atención de una variopinta cantidad de ancianos incluyendo a los protagonistas.
Ballinger es convocado para dirigir sus “Obras Simples” en un homenaje para el cumpleaños del Príncipe Felipe, su negativa se debe a que las considera menor que otros de sus trabajos y por motivos personales que lo harán reflexionar sobre el amor, los recuerdos y sobre todo la juventud perdida y el tiempo que no volverá.
Michael Caine interpreta a un hombre nostálgico que aunque está completamente sano supone que le queda poco y sabe que deberá disfrutar hasta el final, pero el que se lleva la película es Harvey Keitel: es lo mejor de la película y tiene el momento más dramático, es un director de cine que necesita inspiración y junto con un grupo de jóvenes guionistas creativos buscan que su última película sea una obra maestra que perpetúe su legado y para eso van a necesitar que la protagonice Brenda Morel (Jane Fonda), una diva clásica que debe su fama al personaje de Keitel. Con pocos minutos en pantalla se convierte en uno de los puntos fuertes.
Sorrentino al recibir el Oscar se lo dedicó a una lista de gente que admiraba entre las que se encontraban Federico Fellini, Martin Scorsese y Diego Armando Maradona, a quien ahora decide hacerle un homenaje. El argentino Roly Serrano interpreta a Maradona aunque nunca se lo nombra. Es una caracterización impecable donde este personaje está más grande que el actual y con problemas respiratorios por lo que necesita llevar un tubo de oxígeno a donde quiera que vaya, en reemplazo al clásico tatuaje del Che Guevara lleva un enorme Karl Marx tatuado en la espalda.
Retomando, Paolo Sorrentino escribe esta historia donde trata todos los temas que son habituales en sus películas, en este caso transforma una temática que suele ser representada como intimista y pequeña en una grandilocuente y la complementa con un buen trabajo de dirección y una espectacular fotografía a cargo de Luca Bigazzi, encargado del rubro desde la segunda película del director.
Una banda sonora de música clásica a cargo de David Lang y que llevó a Simple Song #3 interpretada por la soprano coreana Sumi Jo a estar nominada en la categoría Mejor Canción Original de los últimos premios de la Academia.

Uno de los defectos es que no es muy amigable por su ritmo lento y sus más de dos horas de duración, que realmente se sienten y se hace pesada ya que tiene una buena historia y es técnicamente impecable, pero cuesta sentirse atraído por ella al momento.