Justicieros

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Enmarca “Los Justicieros” una metáfora sobre los azares del destino y las relaciones de causa y efecto. Un atentado cobra la vida de la compañera sentimental del protagonista de este film. Los eventos no son fruto de la premeditación, sino de la suerte. Estar en el lugar equivocado, en el momento justo. Un plan de venganza diseñado otorga sentido a la represalia que estamos a punto de vivenciar, y es allí cuando el argumento recuerda a varios de su clase, hechos en serie de réplica por Hollywood. El director danés Anders Thomas Jensen busca el tratamiento maduro, sin caer en el vicio del arquetipo grotesco. Es conveniente aclarar, que la presente no es meramente una película de típica de un hombre de familia buscando hacer justicia por mano propia, sino que nos presenta una complejidad dramática de infrecuente hallazgo en este tipo de abordajes genéricos. Trauma, luto y deseo de justicia dibujan el ánimo y espesor psicológico de una figura trágica. Se incluyen, también, toques comedia amarga que, en su ironía, no afectan la seriedad a priori planteada. No se exime a “Los Justicieros” de ciertas concesiones superfluas, subrayando por demás las consecuencias catastróficas que tiene el evento dado, en el ámbito personal del personaje interpretado por Mads Mikkelsen. Un abanderado del cine europeo actual, que afronta el riesgo de convertirse en un impensado héroe de acción. El actor danés porta un rostro impasible con el cual empatizamos. Certeramente, en “Los Justicieros” la emoción por la búsqueda de la verdad no prescinde del factor diversión.