Jurassic World

Crítica de Martín Torres - Fuera de campo

El nuevo dueño del parque ahora conocido como Jurassic World y heredero del John Hammond de la primera Jurassic Park, (el único parque que como dijo Susana Jiménez propone ver dinosaurios "¡Vivos!"), explica bien al comienzo del film que el público ya está cansado de los dinosaurios y que quieren ser sorprendidos con algo más grandilocuente, peligroso y cool. Dicho que también responde a las exigencias de una audiencia que no solo conoce miles de películas con estas amenazas prehistóricas sino que también ya ha sabido consumir otras 3 partes de la saga iniciada por Steven Spielberg en 1993.

El resultado de la investigación de los laboratorios de Jurassic World es un dinosaurio híbrido que no aparece en ningún libro de paleontología. Creado con información genética de varias especies, el Indominus Rex nos recuerda mucho a los tiburones de Alerta en lo profundo (Deep Blue Sea, 1999), cuyo poster promocional prometía que eran "más grandes, más inteligentes, más rápidos y más malos". El nuevo dinosaurio es todo eso y más.

El fenómeno de Jurassic Park despertó en toda una generación de niños de la década del noventa un nuevo amor por los dinosaurios que pese a que el cine los había capturado con sus cámaras en varios films de ciencia ficción, nunca antes con el realismo que consiguió Spielberg (ese niño crecido que se dedica a hacer películas). Para muchos de esa generación que crecimos viendo al T-Rex devorar a todo lo que se le cruzara, la nueva entrega de la saga de los dinosaurios nos guarda algunos regalos y sorpresas encantadoras. El actor de comedia Jake Johnson (uno de los protagonistas de la serie New Girl) no solo está puesto al servicio de la comedia en todas sus intervenciones, sino que también actúa como la exteriorización del niño interior que varias generaciones llevamos dentro. Con sus muñequitos, su remera de Jurassic Park, sus acotaciones simpáticas y su indisimulable emoción cada vez que ve un dinosaurio y suena la famosa música creada por John Williams, resulta el súmmun perfecto del deleite que muchos sentíamos al ver a los depredadores más grandes de la historia en la pantalla grande.

Jurassic World seguramente no esté a la altura del increíble espectáculo que ofrecía la primera entrega dirigida por Steven Spielberg, pero es sin dudas la mejor de las secuelas hasta el momento.