Jurassic World

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

Un eficaz entretenimiento por sus propios medios, que conmemora los logros de la película original.

Bienvenidos, a Jurassic Pa... ejem, World

Veintidós años han pasado desde el estreno de Jurassic Park, película que en muy poco tiempo se convertiría en un clásico para una generación entera y que dejaría la vara muy alta en materia de efectos especiales para todas las súper-producciones que vinieron después. Las razones están a la vista de todos, por primera vez en la historia se lograron crear dinosaurios que se muevan y se vean de forma realista, y al mismo tiempo Steven Spielberg, basándose en la novela escrita por Michael Crichton, logró adecuarlos en una aventura como nunca antes se había visto, sobre la responsabilidad moral y las consecuencias de jugar a ser Dios. Mientras que la segunda parte tiene sus detractores y sus defensores (entre los que me incluyo) y es mejor no recordar demasiado de la tercera simplemente por cosas como el velociraptor parlante en el sueño de Alan Grant (Sam Neill), difícilmente ambas se acercaban a lo que logró generar en el espectador el film original.

No vengo acá a decirles que Jurassic World sí lo logra, porque no es así. Pero lo que se debe rescatar de la película dirigida por Colin Trevorrow es que tampoco la intenta. Sabe que no es Jurassic Park y que nunca lograría serlo. Por eso toma la suficiente distancia, reconociendo y respetando a la cinta original, y construyendo de ahí en adelante su propia historia.

Luego de más de dos décadas desde los incidentes de Jurassic Park, el sueño de John Hammond de crear un parque temático con dinosaurios reales es por fin una realidad. Jurassic World recibe todos los días miles de visitantes de todo el mundo, quienes llegan a Isla Nublar para ver a estas criaturas algunas vez extintas por más de 65 millones de años. Con la necesidad de renovarse constantemente y mantenerse al frente de los chicos de hoy en día que exigen que todo sea más grande, más rápido y más fuerte, la corporación al mando de Jurassic World le encomienda a InGen (empresa responsable por la investigación que dio como resultado a los dinosaurios), la creación un nuevo espécimen que cumpla con las expectativas de sus principales y más exigentes visitantes. De esta forma, mezclando el ADN de varias especies de dinosaurios y algunos animales más actuales, crean lo que dan por llamar el Indominus Rex. Desgraciadamente para todos, este nuevo dinosaurio resulta más inteligente de lo que cualquiera hubiera podido anticipar, y cuando finalmente logra escapar del cuidado de la gente del parque, es cuando los problemas comienzan. Estará en Owen Grady (Chris Pratt), cuidador de los velociraptors de Jurassic World, y Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), la mánager de operaciones del parque, en detener a este temible y feroz monstruo de 15 metros de altura antes de que sea demasiado tarde.

Como dije previamente, el mayor mérito de Jurassic World está el respeto que le guarda al film original. Quizás demasiado para algunos, ya que repite algunos de los mismo elementos de la trama original ("atracciones" que empiezan a fallar, chicos por si solos perdidos en el parque), pero las similitudes quedan ahí. Habrá a lo largo de la historia algunos guiños bien explícitos a la primera película (varios de ellos muy divertidos y a cargo de Jake Johnson), que no hacen más aumentar el factor nostalgia que juega un papel importante en este caso, pero la historia se abre su propio camino. No hay demasiados momentos de respiro a lo largo de todo el relato, más allá de un intento decir algo relevante sobre un mundo manejado por corporaciones o la implicancia de jugar a ser Dios, Jurassic World tiene en claro que su objetivo debe ser entretener. Por otro lado el guión a cargo de Rick Jaffa y Amanda Silver (El Planeta de los Simios: Confrontación), con re-escrituras de Derek Connolly y el propio director Colin Trevorrow, se encarga de buena manera de mantener con cierta lógica todo lo que nos tenía preocupados cuando vimos el primer avance. Tenemos por un lado a Grady (Chris Pratt) y sus velociraptors, que a contramano de lo que se podía anticipar, la relación entre ellos no es muy distinta a la de los domadores y sus leones, sabiendo que solo por momentos puede mantenerlos en control y un paso en falso significaría que se convierte en próximo almuerzo. La sub-trama de los chicos perdidos en el parque termina generando algunos de los momentos más genuinamente emotivos de la película. Y la creación y posterior escape del feoz Indominus Rex guarda algunas interesantes sorpresas que serán bien recibidas. Probablemente el punto más flojo de esta historia resida en un conflicto de intereses entre Grady y Claire Dearing con Hoskins (Vincent D'Onofrio), un contratista del ejercito estadounidense que quiere poder domesticar a los velociraptors para poder utilizarlos como soldados en futuras guerras. Esto no solamente no suma a la película, por momentos hasta desvía el foco de atención de una historia que no lo necesitaba. Pero no me resultaría extraño por como se dan las cosas, que esto termine siendo tan solo la semilla de una próxima película.

Conclusión

Jurassic World se aleja solo lo suficiente de la original para contar una historia que la homenajea, pero al mismo tiempo abre su propio camino. Pratt y Dallas Howard son dos dignos protagonistas de esta aventura que prioriza la diversión por sobre el cerebro, pero que logra entregar algunos momentos fantásticos que los fans de la primera película sabrán apreciar. Ágil, con la cuota de humor justa y visualmente atractiva, Jurassic World es la secuela que saga necesitaba para revitalizarse y poder dar un necesario cambio de rumbo. Aunque teniendo en cuenta los hechos que acá se suceden, yo me permito dudar sobre cual será ese.

Extra: La película abre con el logo de Amblin Entertainment. Si eso no le mueve un pelo a los fans de Spielberg no hay sangre corriendo por sus venas!