Jurassic World: El reino caído

Crítica de Alan Schenone - Proyector Fantasma

Casi todo está perdido
Tras los sucesos de Jurassic World (2015), los dinosaurios de la Isla Nublar se topan -otra vez- con la extinción: una erupción volcánica inminente amenaza su vida y los restos que quedan del parque temático Jurassic World. Luego de lo ocurrido en el parque, a Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), la activista que junto a su organización lucha por la vida de los Dinosaurios, se le presenta la oportunidad de rescatarlos. Frente a esto, Dearing acude al experto entrenador de dinosaurios Owen Grady (Chris Pratt) para que la ayude en esta última misión.

En una época dónde ningún estudio quiere desprenderse de las grandes franquicias – o la gallina de los huevos de oro en forma de dólares- Jurassic World es otro experimento -o víctima- por caer en la nostalgia de las remakes, secuelas, precuelas y demás. Sin embargo, el director J.A. Bayona tomó los recaudos suficientes para que la esencia original de Jurassic Park (1993) esté presente en la película en ciertos momentos pero no en todo el film, dejando al director imponer su visión como también acentuar el camino para el futuro de la franquicia. Así y todo, El Reino Caido no logra convencer desde su argumento ni desde el guión de Colin Trevorrow -quien dirigió la anterior película- y Derek Conolly.

Los gobiernos le dan la espalda a la Isla Nublar y dejan que la naturaleza siga su camino con la imperiosa desaparición de los dinosaurios bajo la erupción del volcán. Bajo este contexto, los protagonistas junto a un puñado de personas deciden visitar el lugar para rescatar y salvar a los animales, aunque no todos tengan los mismos intereses en juego. El Reino Caído presenta un guión demasiado inverosímil y difícil de tomarse en serio más allá de la conciencia ecológica, animal y social que toma como motu propio.

En sus tres actos, son los dos primeros donde más expuesta queda la inconsistencia del guión tanto con la historia como con los personajes. Los efectos y las grandes escenas de acción logran sobrellevar dichas falencias para que la película sea por lo menos tolerante en esos 128 minutos de duración. Otro punto a favor para Jurassic World: El Reino Caído es la intervención de Michael Giacchino (Coco) en el aspecto sonoro, dotando a la película de los mejores climas relacionados al suspenso y terror como también en momentos de acción y persecuciones. En este último y tercer acto es donde la película mejor se expresa y plantea la idea del director. Bajo el lente de J.A. Bayona desarrolla los problemas sobre experimentar con la tecnología, la variación genética y la codicia de la humanidad -al igual de las primeras películas de Spielberg­- pero bajo una nueva premisa de estos tiempos: las armas biológicas.

El Reino Caído toma lo mejor de sus predecesoras y lo impulsa en los últimos momentos del film bajo un gran suspenso y escenas de terror. Por su parte, tanto las actuaciones de Chris Pratt como de Bryce Dallas Howard no salen de lo genérico y superficial que condicen sus personajes, quitándoles relevancia con la historia en sí. Pese a sus falencias argumentales y de guión, Jurassic World: El Reino Caído entretiene y devuelve parte del aura de Jurassic Park, sin caer en la nostalgia pero tampoco sin ser la versión definitiva del mundo creado por Michael Crichton en su libro homónimo de 1990.