Jurassic World 3: Dominio

Crítica de María Paula Iranzo - Cine Argentino Hoy

Cuando uno piensa que lo vio todo… Llega otra película que cuenta exactamente la misma historia de siempre. Lamentablemente este es el caso de Jurassic World 3: Dominio que se estrena la semana del 2 de junio en cines y la semana siguiente en las salas IMAX.
Tras la conclusión del film anterior -El Reino Caído-, los dinosaurios intentan convivir con la flora, fauna y humanidad del planeta. Con el peligro que esto podría traer, el científico Lewis Dogson (Campbell Scott) quiere utilizar el ADN de los dinosaurios para encontrar la cura de varias enfermedades. Mientras tanto, Claire (Bryce Dallas Howard) y Owen (Chris Pratt) tratan de vivir su vida lejos de la civilización para esconder a Maisie (Isabella Sermon), el producto de una clonación.
La llegada de un científico con motivos inusualmente benévolos es una historia que se vio una y otra, y otra (y otra) vez en las seis películas de la saga, y como que ya cansa un poco. Tiene momentos dramáticos e interesantes, pero en general es más de lo mismo.
La adición de los personajes del film original - Laura Dern como Ellie Sattler, Sam Neill como Alan Grant y Jeff Goldblum como Ian Malcolm- son una bocanada de aire fresco y se llevan todo el interés de la trama. Es en la fibra de la nostalgia donde la película tiene la chance de repuntar para que el espectador se quede durante su duración.
No cabe la menor duda que los efectos especiales son primordiales en este tipo de productos, y no estamos ante la excepción. Desde aquella primera parte en 1993 que siempre maravilló la premisa -basada en el libro de Michael Crichton- de los dinosaurios caminando entre nosotros, y la novedad de Spielberg de llevarlo al cine de una forma espectacular. Actualmente, y con todos los avances tecnológicos, y prácticos, la línea entre ficción y realidad se funden para lograr un film visualmente llamativo.
Sin embargo, si disfrutaron las dos ediciones anteriores, no es un mal producto para concluir. Caso contrario, y con temor de sonar repetitiva, es más de lo mismo.