Jurassic World 3: Dominio

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

saurios.

La tenía un enorme potencial y algunos ingenuos llegamos a creer que si los porductrore se iluminaban un poquito, el próximo episodio podía acercase a lo que fue alguna vez la franquicia multimedia de culto Cadilllac y Dinosaurios.

Obviamente ni se les pasó por la cabeza encaminar el film por ese rumbo y lo que encontramos en el cine es una propuesta desapasionada que resulta fallida por dos grandes motivos.

En primer lugar, la dirección de Colin Trevorrrow (responsable de Jurassic World) se aleja por completo del estilo de aventura que originó esta saga para presentar un pastiche que combina la temática de los dinosaurios con el divague de Rápido y Furioso, Misión: Imposible y los filmes más bizarros de la saga de James Bond, representados en las etapas de Roger Moore y Pierce Brosnan.

La premisa de los dinos que desequilibran la vida en la Tierra nunca se llega a explorar ya que el conflicto central se centra en un científico loco que busca conquistar el mundo con langostas mutantes.

Por ese motivo también el film se siente como un episodio más de relleno, donde el regreso de los protagonistas clásicos se presenta de manera forzada para apelar a un burdo fan service que no genera ninguna emoción.

La aparición de Laura Dern y Sam Neil (quien no puede ocultar su incomodidad de ser parte de este episodio) es un tapa bache para levantar a través de la nostalgia una película que vende una conclusión inexistente donde no se resuelva nada.

El otro gran problema de esta producción lo encontramos en la narración de Trevorrow quien perdió toda noción del sentido del peligro.

Los héroes ahora se convirtieron en parientes de Dominic Toretto que salen ilesos de situaciones imposibles y atentan contra la amenaza que debería representar el ataque de las criaturas.

La tensión y el terror que podían generar situaciones de ese tipo fueron reemplazadas por secuencias de acción delirantes más cercana a la franquicia de Vin Diesel.

Los dinos corren por ahí y cada tanto se comen a un extra desprevenido pero durante la mayor parte del film no tienen el protagonismo que merecían para la supuesta historia final que vendía el estudio.

La película dura dos horas y media que se sienten interminables, pese a la abundancia de las secuencias de acción, ya que ese tipo de momentos eventualmente e vuelven redundantes.

Hacia el final Trevorrow tiene la dignidad de acordarse que esto era una propuesta de la saga Jurassic Park y mete una pelea atractiva entre los bichos que levanta un poquito el tedio.

Es justo mencionar que desde los aspectos técnicos al menos es un producto decente y quienes tengan un apego crónico a la nostalgia la van a disfrutar sin duda más que yo.

Ahora bien, más allá de esta cuestión me parece que se desperdició la oportunidad de contar una historia atractiva con el concepto que había dejado el final de Fallen Kingdom.

Quién sabe, tal vez en un par de años llega la redención para la saga con un director más inspirado.