Juntos... pero no tanto

Crítica de Néstor Burtone - Otros Cines

Una sombra ya pronto serás

Hubo un tiempo ya bastante lejano en el que Rob Reiner hacía buenas películas en general, y buenas comedias en particular. Basta recordar a This is Spinal Tap, Cuenta conmigo o Cuando Harry conoció a Sally. Pero el hombre ha envejecido (ya anda por los 67 años) y, con eso, también su pulso cinematográfico. El último exponente de su caída es Juntos… pero no tanto, poco lograda traducción local de And So it Goes.

Juntos... pero no tanto tiene a Michael Douglas como un agente inmobiliario rico, ermitaño y solitario en la superficie, pero que en el fondo es divino. Más o menos lo mismo que el protagonista de Lluvia negra y Atracción fatal viene haciendo desde hace una década. Su vecina es una sesentona (Diane Keaton) que canta en bares y llora a mares cada vez que recuerda a su marido muerto. Los dos se llevan mal, pero, claro está, terminarán enamorados.

Pero, para esto, primero habrá que soportar un par de vueltas de guión previsibles y sólo viables en la concepción hollywoodense de la vida (que aparezca una nieta así, de la nada) y una serie de chistes y diálogos anacrónicos, que confunden inocencia y tono naîf con lisa y llana tontería. Conviene, entonces, rever alguno de las películas de Reiner de sus gloriosos años '80 porque Juntos… pero no tanto aporta poco y nada a su trayectoria.