Juntos... pero no tanto

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

AMORES OTOÑALES

Hace un par de semana, al comentar “Todo lo que necesitas es amor”, decíamos que en medio de una cartelera atiborrada de efectos especiales y mensajes apocalípticos, estas comedias costumbristas, leves y previsibles, proponen al menos una tregua. Y aquí el esquema general es parecido: bellas locaciones, viudos que no superan el pasado, gente grande que ignora que busca otra oportunidad. Todo transcurre sin mayores sorpresas. El (Douglas) es un agente inmobiliario cascarrabias y solitario; ella (Keaton), su vecina, es también viuda, lloriquea a cada rato y canturrea en un boliche para gente mayor. Y la llegada de una nieta producirá en ese abuelo gruñón los esperados cambios que toda comedia romántica necesita. Linda música, nenita simpática, perro juguetón, hijo descarriado que se endereza y algunos “avisos” muy subrayados: en una misma tarde, el protestón ayuda en un parto y vende su viaja casona, como para jugar con la idea del recomienzo y el adiós. El guionista es Mark Andrus, el de “Mejor…imposible” (especialista en veteranos insoportables) y el director es Rob Reiner, el de la magnífica “Cuando Harry conoció a SallY”. Es cierto, este filme no está a la altura de aquellos, pero al menos aporta una mirada simple sobre gente que no payasea ni hace el ridículo, que dice cosas interesantes y sólo quiere probar si el amor es posible.