Jugando por amor

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

AL FINAL SE BORRA

A veces el fútbol deja extrañas secuelas. Esto le pasa a este ex crack que por esas cosas raras del cine, tras jugar en los mejores equipos, anda sin un peso, solitario, intentando recuperar el amor de su hijo y, si se da, poder llegar a una semifinal con su ex. Al final consigue un puestito de entrenador en un equipo escolar. Y allí la vida le devuelve una sonrisa: los chicos lo quieren, llegan los resultados, las mamis lo acosan y hasta su mujer empieza a valorarlo. Es un tipo familiero, tosco pero muy raro: dos mamis irresistibles (nada menos que Uma Thurman y Catherine Zeta Jones) le imploran para que las lleve a la cama, pero el técnico las rechaza porque está enamorado de una ex esposa que se va a casar con otro. Y eso que la Zeta Jones hasta le consiguió un buen trabajo. Es que el goleador sueña con otro arco. Ni el peor marcador de punta hubiera dejado pasar semejante oferta. Pero bueno, así son los cracks.