Jugando con fuego

Crítica de Marcelo Cafferata - El Espectador Avezado

Aparentemente, hay una fórmula en Hollywood que necesita seguir refritándose una y otra vez y que, en apariencia, no quiere dejar de dar sus buenos dividendos. En algún punto, parece que ya se ha formado casi un subgénero dentro de la comedia familiar donde un “tipo duro” deberá lidiar con uno, varios o una pandilla de niños despertando, finalmente, su costado más tierno.
En algún momento fue el turno de Arnold Schwarzenegger con “Kindergarten Cop” y luego, un conjunto de comedias de ese estilo convirtieron a Dwayne Johnson no solo en un actor convocado para películas de acción sino que con “Entrenando a papá” “Hada por accidente” y su participación en la franquicia de “Jumanji” le dieron la posibilidad de ganarse un lugar de privilegio dentro de este tipo de comedias para toda la familia.
Aparentemente, ahora es el turno de buscarle un sucesor de The Rock y el elegido parece ser John Cena, un musculoso luchador profesional que ha conseguido una innumerable cantidad de títulos internacionales y récords de todo tipo en la liga de lucha libre WWE pero que a juzgar por algunas participaciones en películas como “Guerra de papás”, algunas de las saga de “Rápido y Furioso” o “Bumblebee” tiene ahora su primer gran protagónico... por así decirlo!
En este nueva comedia personifica a un jefe de un particular cuartel de bomberos y podrá de esta forma, demostrar su total falta de carisma para encarar este tipo de roles.
Cena personifica a Jake Carson quien, junto a su equipo, acude a salvar en un incendio forestal de una cabaña, a tres hermanos que se hallaban solos en la casa. Dado un serio problema que hubo con los caminos, complicado más todavía por temas meteorológicos, los tres menores tendrán que quedar a su cargo hasta tanto sus padres acudan al rescate.
Carson tendrá que lidiar con las travesuras de los tres rebeldes e inquietos visitantes dentro del cuartel, sin demasiado respeto a los límites que se imponen y buscará la ayuda de sus asistentes (insípidos papeles para Keegan- Michael Key, John Leguizamo y Tyler Mane –otro ex luchador que aquí encarna a “Hacha”) mientras que él intenta aplicar para un ascenso en su cargo y recibirá la sorpresiva visita de su Supervisor para evaluarlo para el nuevo puesto, en el momento menos pensado (o menos oportuno, para que el pretendido ritmo de comedia, tenga sentido).
Esta producción de Nickelodeon Movies, si bien apunta a la comedia familiar lo hace de una forma obvia, básica y con gags que no surten ningún efecto, completamente fuera de timing junto con actores que parecen estar en un set televisivo, en una comedia de bajo presupuesto y se enfrentan con la poca sagacidad que tiene el guion para plantear algunas situaciones que presumen de divertidas.
Para completar el desastre, el guion deberá ocuparse también de construir alrededor de Cena, una pequeña trama romántica, que teniendo en cuenta que no está protagonizada por quinceañeros, tiene momentos en donde es imposible no sentir vergüenza ajena con las situaciones planteadas.
Increíblemente, una actriz de una interesante trayectoria como Judy Greer (“Jurassic World” “Tomorrowland” “Ant Man” “Los Descendientes” y la última versión de “Halloween”) ha aceptado este papel en donde la chatura del texto la hace jugar escenas que no sólo no le permiten el menor lucimiento sino que suenan completamente inverosímiles y parecen destinadas a un show de TV mediocre más que a un producto cinematográfico.
Nada parece causar gracia porque todo lo que se propone no solamente es previsible, sino que además se hace un mal uso de pequeños chistes escatológicos que pierden gracia por el enorme subrayado o de situaciones donde el estilo de actuación que se ha marcado parece de una caricatura permanente, como si nadie se estuviese tomando en serio lo que sucede en la película.
Líneas de diálogo y situaciones completamente imposibles, chistes viejos y caídos en desuso varias generaciones atrás, un ritmo moroso que se complementa con actores parados en el medio de las escenas sin saber demasiado qué hacer, completan el paisaje de un verdadero desatino en todos los rubros.
El guion de Dan Ewen y Matthew Libermand, no deja, sobre el tramo final, de recargar las tintas en la sensiblería y en el corazón de todos y cada uno de los personajes (incluso también Dennis Haysbert, de “Sin City” “La Torre Oscura” o “Fuego contra Fuego”, otra presencia difícil de entender dentro de este pastiche) donde aparecerá el infaltable mensaje final sobre el sentido de la familia y cómo estos días con la presencia de los tres niños dentro del cuartel, han modificado sustancialmente los sentimientos del duro Carson.
Capítulo aparte, justamente para la actuación de los tres menores (sobre todo la hermana mayor a cargo de Brianna Hildebrand –de “Deadpool-) que no escapan de ese registro plagado de lugares comunes, actuaciones melosamente irritantes con niños prodigio que recitan el libreto como en el acto de preescolar: cero espontaneidad y la peor combinación.
Terminada la proyección (junto con unos bloopers que se pasan junto con los títulos que son los únicos que pueden llegar a despertar alguna mínima sonrisa) nos queda flotando esa pregunta que a cualquier cinéfilo lo tiene en vilo.
Nos preguntamos cómo este tipo de productos llegan a estrenarse comercialmente en nuestro país mientras no solamente el cine de autor ya no tiene espacio en nuestras pantallas, sino que una gran cantidad de comedias y películas familiares pasan inadvertidas directamente a la oferta de streaming para que alguna recomendación en algún sitio amigo, las rescate del olvido, mientras que a productos totalmente fallidos como “JUGANDO CON FUEGO” se les da la posibilidad de un estreno en salas comerciales. El reino del revés.