Juego perfecto

Crítica de Manuel Germano - Ociopatas

Russell Crowe interpreta a un magnate ludópata del negocio del poker que tiene una enfermedad terminal y que como despedida decide juntar a su grupo de amigos a pasar una noche que resulta más que agitada.

Tras perder a su esposa y quedarse solo con su única hija, Jake Foley se abocó a generar millones en el mundo del poker. Los días que le quedan son contados. El plan que trama tiene como protagonistas a sus amigos de la infancia, pero las cosas no salen según lo esperado y la velada se transforma en una serie de situaciones cargadas de acción al irrumpir en la mansión un puñado de delincuentes.

Dirigida y protagonizada por Crowe, «Poker face» no tiene ningún matiz ni recorrido dramático que sostenga su interés, los hechos suceden sin asombro ni niveles de profundidad. El filme es básico y su guión no le aporta otra cosa más que lugares comunes. ¿Qué sucede con la carrera de Crowe? Luego de su personaje absurdo en Thor love and thunder ahora lo vemos en un rol con demasiados clichés y sin ningún vuelo creativo. Integran el elenco Liam Hemsworth y Elsa Pataki, dos papeles lineales y monotonos.

Un filme con sabor a poco que no tiene chances de subsistir demasiado en la cartelera porteña.