Juego limpio

Crítica de Julieta Lupiano - Proyector Fantasma

La decadencia de un sistema

Anna es una joven atleta que al ingresar al programa nacional de deportistas de su país es obligada a consumir, de forma confidencial, una ilegal sustancia anabólica que mejorará su rendimiento de cara a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Pronto ella comienza a sufrir los graves efectos secundarios de la droga y se cuestiona sobre la ética deportiva y sus prioridades en la vida dentro de un déspota Estado Socialista.

Pero no solo esto, las diferentes tramas nos van contando los múltiples conflictos surgidos a partir del contexto que en el que se vive en ese país. La película también retrata el vínculo con unos padres dañados por el sistema y sobretodo una madre que quiere resolver sus la frustraciones a través de la hija; la ambición de un Estado derruido que exige obediencia y somete porque es lo único que le queda; y relaciones no genuinas basadas en la conveniencia.

Con una lúgubre atmosfera Fair Play nos traslada a la Checoslovaquia de principios de los ochenta. Una bella elección de planos, la fotografía y la correcta paleta de colores nos sitúan cómodamente en tiempo y espacio, a lo que suma también el delicado trabajo de arte. El guion acompaña, empatizamos con Anna, entendemos sus enojos, tristezas, su soledad. El resto de los personajes también funcionan, provocan lo que se pretende, de todas formas, en el total de la narración, el final se demora en llagar.

Es una película que cualquier espectador que frecuente festivales y cine arte, podrá ver sin fastidiarse y disfrutar de varios de los elementos que Andrea Sedlácková ha puesto en su film.