Juego limpio

Crítica de Alejandro Rath - Cinevivo

El padecimiento del pueblo Checo luego de la derrota de la primavera de Praga por parte de la burocracia pro soviética de ese país fue inteligentemente retratado a lo largo de la obra de este gran escritor.

Fair Play (2014) aporta a esa denuncia la descripción de las atrocidades cometidas por el gobierno en el mundo del deporte olímpico. Un régimen que ya fue vaciado de ideas necesita sostenerse sobre la base de la represión y persecución al que intente alzar la voz y el relato de éxitos políticos, militares, artísticos y deportivos. De ésta necesidad política son víctimas los protagonistas de la película. Cuenta la historia de Anna, una promesa joven del atletismo que es obligada a consumir una sustancia para mejorar su rendimiento sin medir las consecuencias sobre su salud. Mientras su madre, ex atleta, brinda ayuda a un opositor pasando a máquina algunos textos lo que desata una persecución particular por parte de la policía secreta.

Con una fotografía que reconstruye la época retratada con una belleza cautivante y excelentes actuaciones la película pone en juego el dilema encarnado en la joven: utilizar el éxito deportivo y el consecuente viaje a los juegos olímpicos de Los Ángeles 1984 como una manera de escapar de su país y su realidad o quedarse y mantener el vínculo con sus raíces y sus seres queridos pero a costa de soportar las barbaridades del régimen y frustrar su carrera deportiva.

Quizá un punto flojo sea el poco desarrollo que tiene el personaje del opositor lo que deja el conflicto político en un lugar superficial que no logra ir mucho más allá de la maniquea oposición (tan alimentada por el cine de Hoolywood) entre dictadura comunista y occidente libre.