Judas y el mesías negro

Crítica de Fernando Pantuso - 4 Críticos

Sigilosa durante todo el 2021, "Judas y el mesías negro" sorprendió a propios y extraños cuando se alzó con nada más y nada menos que 6 nominaciones a los premios de @theacademy . Quitando las 10 nominaciones de Mank, integrará el lote de las películas más destacadas del año.
Enmarcada dentro de un proceso revisionista respecto al racismo encarado por Hollywood, la película dirigida por Shaka King, realiza un respetuoso abordaje respecto a los sucesos ocurridos en los '60, que en su corrección política se olvida de valerse de todas las posibilidades que habilita la ficción.

Daniel Kaluuya y Lakeith Stanfield son los protagonistas de esta historia y quienes se ponen en la piel de dos de los integrantes más importantes del Partido Pantera Negra. Kaluuya es ni más ni menos que su presidente, Fred Hampton, y Stanfield hace de Bill, aquél traidor que se infiltraría en la organización por órdenes del FBI. Ambos nominados en la categoría de Actor de Reparto (forzadamente), consiguen realizar performances de alto nivel con las cuales sobresalen durante todo el film (en especial, Kaluuya)
Si bien la historia de los Panteras Negras, su apogeo y su crisis, son más bien conocidas, resultaba interesante ver la forma en que esa historia era trasladada a la pantalla grande.
Siendo justos con la propuesta, podríamos sintetizar que "Judas y el mesías negro" es una película excesivamente sobria. Y lo es tanto que resigna algo muy importante para estos relatos, como lo es la carga emotiva.
Su prolijidad y linealidad, producen cierta disociación entre lo revolucionario que proclaman los personajes y lo que el film expresa. Hay tanto cuidado en la rigurosidad que lo pasional aparece a cuentagotas.
Y es una lástima realmente, porque los mimbres están. Puede verse en el último discurso de Hampton, escena configurada a la perfección, potente y conmovedora.
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A "Judas y el mesías negro" le falta épica para que su mensaje sea todo lo poderoso que podría ser. Coquetea tanto con los fáctico, que por momentos termina enamorándose del documental.