Jojo Rabbit

Crítica de Jorge Bernárdez - Subjetiva

Hasta dónde se puede sostener una comedia sobre un niño que pertenece a las juventudes hitlerianas que tiene como amigo imaginario a un Hitler en plan tontolón? La respuesta: Todo lo que uno aguante. En el comienzo Jo Jo, un niño de aproximadamente 10 años, entra a las juventudes hitlerianas llevado por su mamá que es mostrada como una joven y alegre madre alemana que sobrelleva una familia de dos y que educa a Jo Jo de manera particular, apoyándolo en todo. Allí el niño entra en una especie de campamento nazi donde es educado en los rudimentos de la ideología, así que además de hacerse de amiguitos, aprende desde la camaradería y el arte de la guerra hasta el odio racial más elemental y hasta incluso aprender lo más horrible del odio hacia los judios.

Toda esa primera etapa es ágil y divertida, se luce Sam Rockwell como un militar nazi degradado y enviado al campamento de entrenamiento de los aprendices a criminales de lesa humanidad. Allí también está Rebel Wilson, que se carga buena parte de la comedia física que se ve en ese campamento. Jo Jo sobrelleva ese paso por los rudimentos del nazismo con un amigo imaginario que, como no podía ser de otra manera, es Hitler, simpático y divertido que interpreta el mismísimo director de la película, Taika Waititi, que se atrevió a llevar a Thor en el mundo Marvel hasta más allá del límite del ridículo en Thor- Rangerock. El realizador se mete en esta historia para cargarse al nazismo primero a pura comedia y después, cuando la historia avanza bordeando el ridículo pero sin perder nunca de vista el límite en que se vuelve insostenible, la broma con los nazis y el holocausto. La vida de Jojo dentro de la Alemania nazi se vuelve más y más insoportable. Después de un accidente que lo deja fuera del ideal de la perfección aria, Jo Jo se queda más tiempo en su casa y descubre que su madre protege a una adolescente judía y la tiene viviendo en una cuarto oculto.

El tercer Reich comienza a perder la guerra, Jo Jo se va enamorando de la chica judía lo que claramente va contra todo aquello que aprendió en el campamento nazi. La vida alegre que llevaba comienza a derrumbarse y en el derrumbe las convicciones de Jo Jo se van resquebrajarse. Lo que arranca como una audaz comedia de tono pop -presten atención a la maravillosa banda de sonido-, va derivando en una especie de versión SXXI de La vida es bella, menos sensiblera que la película de Benigni pero igualmente discutible en el sentido de si lo que se hace banaliza todo lo que ocurrió durante la segunda guerra mundial .

La respuesta queda en cada uno de los espectadores. ¿La película promete algo y no lo sostiene? Eso solo se contesta en la cabeza de cada uno, pero esta claro que el tono de parodia feroz y festiva era imposible de sostener sin terminar lastimando o provocando más allá del límite. Es sorprendente lo de Roman Griffin Davies como Jo Jo y se vuelve un puntal Scarlet Johansen en el papel de la madre que parece fingir demencia, pero que después se revela como una verdadera heroína.

¿Nazismo simpático o golpe pop contra el racismo y el extravío criminal? Claramente la película de Waititi se pone del lado de una mirada humanista y una condena al horror nazi, pero para hacerlo va dejando la sátira en el camino aunque quizás el Hitler imaginario de Jo Jo aparece aún cuando la historia ya ha pasado al umbral del drama, pero es razonable ya que sabemos que no hay nada como la potencia de la negación al hecho de haber sido engañado es realmente poderoso y eso es lo que representa la persistencia de ese amigo invisible que se niega a desaparecer aún cuando ya es evidente la caída y el desastre que rodea al protagonista, que se ha enamorado irremediablemente de la adolescente judía.

JOJO RABBIT
Jojo Rabbit. Nueva Zelanda/ República Checa/ Estados Unidos, 2019.
Dirección y Guión: Taika Waititi. Elenco: Roman Griffin Davis, Thomasin McKenzie, Scarlett Johansson, Taika Waititi, Sam Rockwell, Rebel Wilson, Alfie Allen, Stephen Merchant, Archie Yates, Luke Brandon Field. Producción: Taika Waititi, Chelsea Winstanley y Carthew Neal. Duración: 108 minutos.