John Wick 2: Un nuevo día para matar

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Quienes vieron la primera estarán encantados. Quienes se inicien con lo que ocurre con este asesino a sueldo que pertenece a una elite, a una especie de hermandad o sindicado de matones y mafia que se manejan en lugares elegantes y cumplen reglas pero después se atacan sin piedad, un buen descubrimiento. En esta segunda parte el director Chad Stahelski, que comenzó como doble y ahora es un director que sabe mucho del tema, que fue doble de Keanu Reeves en The Matrix, brinda un film de acción frenética, como un ballet de violencia, con una descarga de balas que inundan la sala de cine. No es un director que exagere con los efectos de computadora, prefiere largas escenas ejecutadas con precisión milimétrica y con un protagonista que entrenó con obsesión artes marciales y eso se nota. Por otra lado armas de todo tipo, cadáveres regados por doquier, escenarios tan increíbles como las Termas de Caracalla, mucho despliegue visual y ni un respiro. Apenas para saber que a John no hay que robarle el auto y mucho menos quemarle la casa para obligarlo a cumplir un pacto de sangre. Pero tampoco ponerle un precio a su cabeza. Un cine de pura adrenalina con un Keanu Reeves perfecto acompañado por Ricardo Scamarcio, Laurence Fishburne (cuanta nostalgia de The Matrix), Franco Nero, John Leguizamo. Para los amantes de la acción un plato fuerte, pura pelea, pocos diálogos.